F.C. Barcelona: 0.
Real Madrid C.F.: 1.
Si Florentino fichó a Mourinho era para una cosa: ganar. Da igual cómo jueguen y lo que les guste a los aficionados. Él gana. Otra cosa no, pero es un técnico ganador. Y hoy, igual que demostró en el Oporto, Chelsea e Inter, ha ganado.
Mourinho ha optado por la táctica del primero partido con una excepción: sacrificar a Benzema, dejando a Cristiano Ronaldo como jugador más adelantado y poniendo a Di María y a Özil por los lados. La idea era simple: pegar al Barça y salir a la contra rapidísimo, con la esperanza que el desajuste ne la defensa fuera suficiente. Y han habido unas ocasiones que se han salvado por los pelos que parecían dar la razón al técnico portugués.
En el Barça no cambiaron muchas cosas. Sólo la posición de Villa, que esta vez jugaba en punta, con Messi mucho más retrasado y con Pedro como único hombre de banda. Era fácil defender al Barça: siempre entraron por el centro y allí estaban Pepe, Xabi Alonso, Khedira, Sergio Ramos y Carvalho. Un no parar. Las únicas veces que el Barça causó peligro fue por banda.
La primera parte se ha visto a un Madrid más enérgico y más fuerte y al Barça le ha costado Dios y ayuda chutar a puerta. Es verdad que el árbitro ha sido un desastre. Ha sido injusto y demasiado permisivo. Primero, intentando que no se le escapara el partido de las manos, y después pitando demasiadas faltas. Pero al Barcelona le ha faltado punch, movilidad y la alegría del juego que nos tienen acostumbrados.
En la segunda parte todo cambió. Los jugadores del Real Madrid estaban muy cansados después de la fatiga del primer tiempo y el Barça empezó a tocar como sabe. Chutaron, tuvieron oportunidades e incluso un gol de Pedro que Undiano Mallenco anuló por fuera de juego. Se fallaron las ocasiones y el tiempo corría. Todo favorable a los madridistas.
Y llegó la prórroga. Y pasó lo que nos temíamos todos: una jugada aislada del Real Madrid que centró perfectamente Ángel Di María, remató de cabeza Ronaldo para marcar el único gol. Y de ahí al final del partido sin que los de Guardiola supieran cómo superar una defensa tan numerosa.
El Madrid ha ganado, felicidades, y ahora ha pensar en los dos partidos de Champions League.
Un beso.