Esos pocos días que estuve en Barcelona la semana pasada fui en avión. No soy muy devoto de las líneas aéreas, pero no quedaba más remedio. Además, fue bastante cómodo teniendo en cuenta que estaba lleno hasta la bandera.
Cuando llegué a mi habitación, dejé mi bolsa y me olvidé de ella hasta la mañana siguiente que tenía que cambiarme de ropa. Me duché y cuando fui a buscar la ropa para ponerme me di cuenta del suceso: no tenía gayumbos.
Sé que tenía calzoncillos antes de salir de mi casa. Además, tengo testigos de que los metí dentro de la bolsa. Y cuando abrí la bolsa ya no estaban. ¿Qué podía haber pasado?
Muchas teorías han pasado por mi cabeza. ¿Que mi ropa interior haya huído ante la menor oportunidad? No lo dudaría, pero la bolsa es imposible de abrirse desde dentro. Así que debían estar compinchados con alguien del exterior. Otra teoría es que desaparecieran por arte de magia. O que se desintegraran de repente. No sé, en un episodio de CSI decían que había una persona entre un millón que moría por combustión espontánea. Pero si pasaba eso, se supone que el resto de mi ropa debería haberse quemado también.
La navaja de Occam es un principio filosófico que dice que entre varias teorías en igualdad de condiciones se tiene que elegir siempre la más simple. Y la teoría más simple es que alguien me robó los gayumbos en el período en el que facturé mi maleta y la recogí después.
En realidad creo que en el aeropuerto de Barcelona, algún enfermo sexual decidió coger mis calzones para sus pérfidos actos sexuales. No es que fuera ropa especialmente bonita. Eran... negros. Sin adornos ni historias. Pero joder, eran MIS gayumbos.. Y no me gusta que nadie los toque.
También puede ser que el señor en cuestión me haya robado la ropa interior porque como está con el agua al cuello por culpa de su hipoteca y de lo poco que le pagan como portamaletas en el aeropuerto, haya decidido coger ropa de los usuarios del aeropuerto. Me lo imagino husmeando entre bolsas, buscando una falda que le vaya a su señora. Pero prefiero pensar en la primera opción. Está es demasiado humanista.
En fin, todavía pienso en un hombre malvado y oscuro olisqueando mis pobres calzones encima de un altar lleno de velas y de sangre de vírgenes. Puede que incluso se los ponga para sentir cómo es ser yo.
El problema se subsanó esa misma mañana. Me tuve que comprar una ristra de calzoncillos en el C&A de Plaza Cataluña a un precio de risa. Si el tipo del aeropuerto me está leyendo, que vaya y deje de robarle ropa a la gente.
Un beso.
Escrito por Jake|16 de Junio 2010 a las 05:06 AM|Pues habrá que ir dándole un nombre.... gayumbofilia?
El Replicante es MaY|16 de Junio 2010 a las 09:02 AMYo pensaba que se llamaba fetichismo.
El Replicante es Jake|16 de Junio 2010 a las 12:07 PMEsto...lo puedo explicar.
No es lo que parece.
Pensé que eran míos.
Solo puedo decir que: Afortunadamente los gayumbos los cogí en la ida y no en la vuelta.
Era en el aeropuerto, no en el puerto.
El Replicante es Jake|16 de Junio 2010 a las 03:27 PMGayumbofilia suena peor, a trastorno serio de verdad, de los de pastillas.
El Replicante es MaY|16 de Junio 2010 a las 04:46 PMPues gayumbofilia se queda.
El Replicante es Jake|16 de Junio 2010 a las 05:34 PMoh dios!
y de quién son entonces estos gayumbos?
De algún turco.
El Replicante es Jake|16 de Junio 2010 a las 11:54 PMY según la navaja de Occam, ¿no puede ser que sacaras algo de la bolsa y se cayeran sin que te dieras cuenta?
Es que lo del robagayumbos me parece tan sórdido que a la fuerza tiene que ser otra cosa.
Un bico
El Replicante es Tuxina|17 de Junio 2010 a las 02:13 PMCuando puse los gayumbos, cerré la maleta y facturé. No saqué ni metí nada más.
El Replicante es Jake|17 de Junio 2010 a las 04:33 PMLos gayumbos, que querían ver mundo y te dejaron tirado :P
El Replicante es Inagotable|19 de Junio 2010 a las 10:55 PMVaya cabrones!
El Replicante es Jake|20 de Junio 2010 a las 03:00 AM