AVATAR

Y ayer llegó la película más esperada de los últimos tiempos. La película que debía marcar un antes y un después. La película que iba a salvar a la industria cinematográfica. Que lo iba a cambiar todo tal como lo concebimos. James Cameron presenta Avatar.

Y qué queréis que os diga. Eso de ir de Messías está muy bien en estas fechas, pero como siempre, las expectativas -lo que los fliapos llaman hype- siempre acaban poder estropearlo.

En realidad es una película muy normal. La clásica historia del héroe que cambia su punto de vista por amor y que acaba dando por culo a los malos a los que antes ayudaba, pero envuelto en un lazo de efectos especiales. Es decir, que no es una película muy original en sus planteamientos, lo que significa que sabremos exactamente qué pasa en cada momento. Quién muere, quien no, cuándo y probablemente cómo.

Aun así, es una película bastante entretenida y que sabe a bastante original a pesar de todo. Aunque lo mejor son, lógicamente, los efectos visuales. Y es verdad que son impresionantes, La batalla final, por poner un ejemplo, es espectacular. Y los gestos de los avatares parecen muy humanos y la mezcla de mundo real y 3D se hace sin despeinarse. Es difícil decir dónde empieza qué. Se nota que el estudio de Peter Jackson ha hecho un trabajo bestial con el motion picture en esta peli. Fijo que se lleva el Oscar.

En pocas palabras. A mi me ha gustado, pese a todo. Una historia muy típica, pero envuelta en efectos especiales que la hacen pasar por casi original.

Un beso.