OFICINA EN AGOSTO

Trabajar en verano tiene cosas buenas y cosas malas. Lo bueno es, sobretodo, trabajar. Ganar dinero. Poder gastártelo en lo que te pete. Ser autosuficiente. ¿Lo malo? Al menos, en mi caso, es muy aburrido.

Durante el verano solemos trabajar a jornada intensiva. Hasta las dos o tres. A mí es un horario que me gustaría para todo el año, realmente, porque el horario partido lo único que consigue es que se baje la producción y las ganas y que todo el mundo piense en hacer la siesta o en ir a buscar a los niños al colegio en lugar de lo que tiene que estar haciendo. Me imagino que con las leyes que está haciendo el PP, eso de ayudar al trabajador como que no. Y al empresario, claro, le viene bien. Que todo el país se propusiera hacer jornada intensiva, de 8 a 15, por ejemplo, sería bueno para todos. Sigues trabajando ocho horas. Tienes las tardes libres para poder disfrutar de tu vida personal, para echarte una siesta o para lo que te dé la gana.

Pero en fin, hablemos de mí, que soy el que importa. Donde curro hay jornada intensiva y eso es porque el curro baja muchísimo durante el verano. El mes de julio fue algo alborotado, sí, pero ahora en agosto no hay nada que hacer y es muy aburrido.

Puedo mirar unas cuántas páginas webs, pero aun así, son ocho horas y no puede ser. Es tedioso y coñazo. También miro algo de vídeos de youtube, pero no sé por qué mierdas todos los recomendados son del Minecraft. Y me pongo musiquita, de vez en cuando, pero eso no me desquita el aburrimiento mortal de estos días.

Además, empecé a jugar a uno de esos juegos de navegador de crear tropitas y tal, al estilo Ogame y mierdas de esas, y seguramente me cansaré pronto, pero al menos pierdo el tiempo en algo. Incluso hoy me he animado y me he visto el primer capítulo de la segunda temporada de Episodes en el trabajo. Nadie me ha dicho nada, menos mal.

El lunes otra vez el horario partido, y hasta las mil aquí. Espero que empiece a salir trabajo a raudales porque si no, será todavía peor. Aburrido y medio dormido, con ganas de echarme una siesta. Menudo coñazo.

Un beso.