LOS MERCENARIOS 2

Vuelve la saga que rescata antiguas estrellas de acción para convertirlas, de nuevo, en dioses dorados. Después del éxito cosechado por la primera parte, algunas de las estrellas que rechazaron un papel en la primera, han decidido aceptar aparecer. Me refiero a Jean-Claud Van Damme y Chuck Norris.

Las comparaciones son odiosas, pero esta segunda parte es bastante peor que la primera. Si Los Mercenarios era una película sólida y simple, ésta es simplemente simple. Una gran broma, divertida y simpática, que se basa en reconciliar a Stallone, Schwarzenegger y las otras superestrellas mientras se lanzan pullitas divertidas.

El guión es simplón y descuidado. Todo pasa demasiado rápido y desde el principio da la sensación que quieren terminar pronto la película. La película dura una hora y media escasa porque sucede todo a un ritmo rapidísimo, apenas da tiempo a nada.

La acción es sencilla, sin florituras. No es como la primera parte. Aquí lo importante es la cantidad, no la calidad. Hay muchos tiros y poco combate cuerpo a cuerpo. Y es una pena, porque el combate final entre Stallone y JCVD podría haber sido épico, pero se precipita y acaba en un momento.

Los actores lo hacen bien, al fin y al cabo, son una parodia de sí mismos. Dolph Lundgren sigue siendo el mejor, aunque sea el que menos aparezca de los protas.

Aun así, la película es muy divertida. Te ríes mucho con las frases de cada uno de ellos, por ejemplo, los volveré de Arnie o el Yippikayei de Bruce Willis. O la aparición de Chuck Norris y, por supuesto, juegan con las famosas frases del texas ranger.

Un beso.