Hace más o menos un año, el actor Joaquin Phoenix apareció en el programa de David Letterman con una barbota y mascando chicle. Si no os acordáis, podéis verlo aquí. Luego Ben Stiller le imitó en la gala de los Oscars. ¿Tampoco os acordáis? Id al médico y preguntadle sobre un tal Alzheimer. También podéis verlo aquí.
En ese programa, Joaquin Phoenix anunció que dejaría de actuar. Que quería perseguir su sueño, que no era otro que ser cantante de rap. Aquello fue la locura. Cientos de miles de foros, blogs y webs hablaban sobre si la situación de Phoenix era tan desesperada como parecía y si, de verdad, estaba acabado. Otros hablaban de que era todo una manera de hacerse autobombo.
El mundo del cine debió aplaudir la marcha por la puerta de atrás de ese Cabrón Sobrevalorado, pero no duró mucho. Su cuñado, Casey Affleck (y hermano pequeño de Ben Affleck) le pidió permiso para hacer un documental sobre su cambio de vida. Y ahora se presenta en la Mostra de Venecia con el título I'm still here (Todavía estoy aquí).
El documental habla sobre eso mismo: la fuerte crisis de identidad que sufre el hermano de River Phoenix desde la presentación de su última película (Two lovers) en 2008. El actor dejó de cuidar su higiene, ante la desesperación de su jefe de prensa. Comenzó a actuar de manera errática durante las promociones y a tener varias actuaciones de hip-hop que acababan de manera dramática. Lo que desde un punto de vista parece una película cómica al estilo Borat, desde otra se convierte en un autorretrato de la destrucción de esa persona delante de la cámara.
Y es que, ése es el problema. Nadie sabe a ciencia cierta si ese documental es verdad o ficción. Según el director: "Esta película no es ni una broma ni una cámara oculta ni un engaño. No quiero dar detalles específicos porque no quiero influir a los futuros espectadores, pero Joaquin ha sido muy generoso con mi cámara, se ha desnudado por completo". Suena sincero, pero también sería comprensible pensar que lo ha hecho para seguir jugando al despiste antes del estreno comercial de la película.
Lo que está claro es una cosa. Si todo es mentira y Joaquin Phoenix está actuando, se merece ser considerado el mejor actor de la historia (y todavía más importante, yo le quitaré de la lista de Cabrones Sobrevalorados). Y si es todo verdad, ese tipo necesita una camisa de fuerza porque está completamente chiflado.
La película se estrena mañana en EEUU. Aquí tenéis el trailer:
Un beso.
Tiene pinta de ficción, aunque es difícil asegurarlo con la cantidad de chiflados que hay :S
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