PRISAS

Ayer andaba con prisas y, como suele pasar según el principio filosófico del señor Murphy, un capullo conducía su coche a una velocidad de tortuga.

íbamos por una carretera pequeña, de un carril para cada dirección. No habían demasiados coches, pero ese tío debía ir a setenta kilómetros por hora. Y como ya he dicho, yo tenía prisa.

Cantaban los Siniestro Total aquello de: "soy un macarra, soy un hortera/ voy a toda hostia por la carretera". Pero yo nunca he sido de ese tipo de gente. Me imagino porque nunca he tenido la necesidad de ser un chuloplayas. O quizás porque no me saqué el carné hasta que no me lo pude pagar yo, así que fue mucho después de cumplir 18 añitos. ¿De verdad he tenido 18 añitos? Joer, cómo pasa el tiempo.

En fin, que yo iba rápido y me puso a adelantar a ese troncomóvil, siempre mirando que no pasaran coches por el otro carril, claro. Empiezo el adelantamiento, me pongo en el otro carril y cuando me pongo a la altura del otro coche, ¡zas!, aparece un coche en sentido contrario. Todavía está lejos, puedo adelantarle y ponerme en el otro carril.

Le piso. ¿Y sabéis que hace la puta tortuga? Acelerar también. ¿No hay una norma de circulación que tienen que ayudarte con el adelantamiento? Al menos el cabrón podía no estorbar. El hijodeputa no quiere que le adelante. O quizás lo que quiere es que me estampre contra el Seat León blanco que viene de cara.

Tuve que pegar un frenazo y volver a ponerme detrás de la tortuga. Por un pelo que no me estampase de cara. Y me estuve todo el camino cabreado flipando porque ese tipo fuese tan hijo de puta. ¿Cómo se puede ser tan cabrón?

Puedo llegar a entender que no quiera que le adelante. Bueno, podría entenderlo si fuese un Jonathan que recién acaba de sacarse el carnet de conducir y quiere impresionar a su Gertru, que es peluquera y se acaba de poner un par de tetas y se van al Scorpia a lucirlas. Pero no un tío de cuarenta y muchos años que está solo en el coche y que solo lo hace para joder.

Vale, seguro que estuvo todo el camino a su casa sonriendo por detrás de su bigotito -seguro que tiene bigote- y con una erección en su minúscula polla pensando que por una vez en su vida ha conseguido algo.

¿Y si por su culpa me estampo con el Seat León? Joer, es que hay que ser irresponsable. Y digo irresponsable porque no se me ocurre otra palabra que defina a ese pedazo de cabrón. La gente tiene muy poca consciencia. Y al volante menos.

Y ahora viene el párrafo en el que me quejo de que la gente conduce tan mal. Se creen que son la hostia y se olvidan de pequeños detalles, como poner el intervitente o aparcar en cualquier sitio, aunque sea en la salida de un túnel. Creo que la policía debería dejarse de gilipolleces de poner multas por chorradas y dedicarse a condenar a esos payasos. Yo les metería en la cárcel directamente a excepción de si fuese un dios, que les lanzaría un rayo y los desintegraría. Así se acaban los problemas.

Un beso.