SUPERBOWL XLIV

A excepción del baloncesto, que me parece espectacular, no me gustan los deportes norteamericanos. El hockey podría llegar a gustarme, porque se meten de hostias como panes, pero los dos grandes deportes yankees: el béisbol y el fútbol americano me parecen un puto coñazo. En las películas molan que te cagas, pero en la realidad nunca pasa nada. Se pasan todo el día pausando el juego. Y yo creo que es eso lo que no me gusta. Sí, en el basket también lo hacen, pero al menos lo que pasa en la cancha suele ser espectacular.

En fin, el domingo se celebró EL GRAN DÍA del deporte norteamericano: la Superbowl. Más de 100 millones de estadounidenses se reunieron para ver el partido delante de la televisión. Es en el único momento en el que sucede en toda la temporada. También es verdad que es en el único de todos los deportes de los Estados Unidos que la gran final se juega a un único partido.

En fin, los Saints de Nueva Orleans ganaron a los Indiana Colts 31-17, gracias a su quarterback titular Drew Brees. Y esto es lo único que voy a decir sobre el partido.

Desde aquel mítico spot de Apple, la Superbowl se ha encargado de sacar algunos de los mejores anuncios del año. Se gastan un dineral en ponerlo en el tiempo de descanso y ganan la notoriedad de que todo el país ve su spot. Este año, el nivel ha sido bastante bajo. Sólo podemos rescatar uno o dos.

El primero, de la agencia Wieden & Kennedy Portland, un anuncio para Coca-Cola protagonizado por Los Simpson. En realidad el spot es bastante normalito, pero que salgan los personajes de Matt Groening les da un pequeño plus:

El segundo anuncio, que sí vale la pena, es un anuncio de Google. Claro, simple y sencillo para explicar que Google es fundamental en nuestras vidas. ¿Alguien se acuerda de la vida antes de San Google?

Un beso.