MI ORGULLO DE HOY

En un mundo perfecto, el único motivo por el que una persona debería estar despierta un sábado a las siete de la mañana sería de volver de una marcha loca. Pero no. Yo ayer estuve despierto para ir a un rodaje.

Pese a eso, me lo pasé bastante bien. La gente era maja aunque un poco rara. El director llevaba un gorrito de ciclista y todos los miembros del equipo iban de color negro y lila. Lo mejor fue el servicio de catering. Ponerse hasta el culo y completamente gratis. Lo peor era el sol. Ahora estoy rojo como una gamba.

Por la tarde a sobar claro. Y pensé que era el mejor día para ir al gimnasio, porque al celebrarse el Día del Orgullo Gay, estaría vacío. Y así fue, efectivamente. No había casi nadie. Los gays sustentan el 90% de los gimnasios del mundo.

Después de estar leyendo un rato ahí -mientras pedaleaba en la bicileta- me subí a la elipse, la cosa esa que parece que estés corriendo pero que no lo estás- y después de diez minutos el tío que tenía a mi lado me empezó a mirar mal y me dijo que le daba asco porque olía a sudor.

De verdad que no supe que responderle. Cierto, olía a sudor. Cierto, daba un poquito de asco, pero ¿qué coño quería? mejor, ¿a qué coño venía él si no era a sudar la camiseta?¿a hacer vida social?

Yo no le dije nada, sólo solté dos carcajadas y me volví a poner los cascos para seguir escuchando Eye of the tiger. No sé cómo se lo hace, pero mi mp3 siempre me pone la canción perfecta para la ocasión. O casi.

Un beso.