DESTROZANDO UNA PELI DE CULTO

Este fin de semana ha dado para más películas malas que ver Dragon Ball Evolution. He visto algo, no tan malo, pero sí más triste. He visto la tercera parte de Ace Ventura.

La película se llama Ace Ventura Jr. y trata sobre el hijo del famoso detective de mascotas. Al parecer, después de sus andanzas en África, Ace vuelve a Miami, se casa con Melissa Robinson (Courtney Cox en la primera, una tiparraca pelirroja en la tercera) y, entre otras cosas, tienen un hijo.

La película empieza con el papá Ventura muerto y con su vástago con doce añitos. Es gordito y con una cara pan de mucho cuidado. De repente le entra la vena familiar y se pone a ayudar a pequeños animalitos en peligro. Entre ellos, la mascota del equipo (¿os suena?) un bebé de cocodrilo. Las cosas se le complican cuando detienen a su madre por secuestrar a un pequeño panda. Él tendrá que impedirlo.

En fin, una película afincada en la sección de clavos. Intentando hacer los mismos chistes que en las dos anteriores, pero con un niño que no puede poner muecas, porque la grasa de la cara no le deja.

Una pena de película, vamos, que sólo sirve para acabar de cerrar el círculo que dejaron las otras dos (y los dibus y el videojuego, que yo recuerde).

Un beso.