30 de Agosto 2008


IMPULSO

Llegó la hora de conocernos después de tanto tiempo. Yo estaba nervioso, pero tú estabas relajada. Llevabas un vestido rojo que te llegaba por encima de las rodillas y con un sugerente escote. También me fijé en tus zapatos, con un tacón largo y fino.

Nos sentamos en una cafetería a charlar. No te sentaste enfrente de mí, sino a mi derecha. Cruzaste tus piernas y podía ver tu muslo suave y blanco. No podía quitar los ojos de él y eso te divertía.

Mientras yo me concentraba en dejar de mirarte las piernas y el escote, tú jugabas con tu pierna, rozándola con la mía de manera inocente. Sabías que me ponías a mil y que debía tener la polla dura como una piedra, pero te gustaba hacerme sufrir.

Te tomabas el café con cuidado, saboreando cada milímetro de bebida en tus labios, después te pasabas lentamente la lengua por tus labios pintados de rojo. Estabas disfrutando con aquello.

Notaste que estaba al límite porque no paraba de bajar mi mano izquierda a mi polla, estaba a punto de explotar. Entonces te levantaste y me ordenaste que pagase aquello. Yo ni siquiera protesté. Después te seguí tan rápido como pude calle arriba.

Nos metimos en el cine. Pensé que mis plegarias se habían escuchado, porque nos metíamos en un lugar oscuro donde dar rienda suelta a nuestra pasión. Sin embargo, la cosa no iba a ser tan sencilla.

Cuando nos sentamos, me agarraste del brazo y me empezaste a susurrar al oído que esperaba que fuese una película muy especial. Estabas tan cerca y lo decías de tal manera que parecía que ronrronearas. Eras una gatita muy traviesa.

Yo bajé la mano hacia tu muslo, porque ya tenía ganas de hincarle el diente, pero enseguida me la quitaste, y me dijiste que no era el momento. Después empezaste a rozar con tu lengua mi oreja y a bajar tu mano por mi pantalón y cuando llegaste a mi polla dijiste muy suavemente un “¡vaya!”. Luego te apartaste y no volviste a tocarme hasta que acabó la película. Fue la película más larga del mundo, para mi gusto.

Me preguntaste, con aire inocente, si quería ir a algún lado, y yo te dije, casi implorando, que podíamos ir a mi casa, pero tu te negaste. Alguien podía reconocernos. Así que me llevaste a un pequeño motel escondido.

Al llegar me tiraste sobre la cama y te pusiste encima de mío. Te quitaste el vestido y no llevabas puesta la ropa interior. Eso me puso aún más cachondo. Y todavía más cuando me ataste las manos en la cama. Me tenías a tu merced.

Te sentaste en una silla de la habitación, con las piernas abiertas y empezaste a tocarte el coño. Me miraste y me dijiste que si no podía liberarme de esas cuerdas, no sería digno de follarte. Intentaba hacer toda la fuerza que podía, pero no conseguía liberarme.

Tu te fuiste contoneándote hacie el baño, moviendo las caderas sugerentemente y te metiste en la ducha.

Alargando la cabeza hacia una de las manos, conseguí liberarme a mordiscos. Luego fue fácil liberar la otra mano. Fui directo al baño a hacerte mía de una vez por todas. Abrí la mampara y ahí estabas tú, con el coño lleno de jabón.

Te agarré de tus enormes tetas y te lancé sobre la pared del baño. Entonces empecé a meterte la polla en tu coño enjabonado. Pero no gemías apenas. Sólo soltabas breves suspiros. Te hacías de rogar.

Te di la vuelta y apoyé tus piernas sobre el borde de porcelana.Te agarré del pelo con una mano y del culo con la otra y te penetré por el culo. Una y otra vez, con toda la dureza que pude. Te costó, pero al final empezaste a gemir cada vez más fuerte hasta que pegaste un chillido ahogado.

Después de correrme en tu culo, te agachaste sobre mi y me agarraste de la polla. Empezaste lamiéndome los huevos para ir subiendo hasta la polla. La chupabas con tanta fuerza que podrías haberme arrancado la piel. Había superado las pruebas con nota y ahora el premio eras tú misma. Ahora eras mía para siempre.

Después que todo eso hubiese pasado, nos fuimos a la cama. Todavía nos quedaban unas horas para tener que abandonar la habitación y no podíamos perder tiempo.

Un beso

Escrito por Jake|30 de Agosto 2008 a las 04:36 AM|


Comentarios

A ver, aquí hay algo mal y es el orden, eso del culo-boca ¿no debería ser boca-culo? xDD

El Replicante es Inagotable|30 de Agosto 2008 a las 08:54 PM

¡Nunca se hace un culo-boca!

El Replicante es Jake|30 de Agosto 2008 a las 10:23 PM

¿De qué película es eso de que nunca se hacía culo-boca?

El Replicante es Inagotable|31 de Agosto 2008 a las 12:48 AM

Clerks 2.

El Replicante es Jake|31 de Agosto 2008 a las 02:38 AM


¡Al ataque!










¿Debo recordarte?