PESADILLEANDO 3

La acción se sitúa en mi puta casa. Bueno es casi la misma, la excepción es que está medio destrozada y hay un montón de bichejos fantasmales rodeándola y una niña de seis años en tricilo que se dedica a dar vueltas por la casa sin ton ni son.

Por alguna razón que desconozco, el propósito de los fantasamas es destruir mi casa. De vez en cuando se oye un golpe sordo que tambalea la casa. Se trata del malo malísimo intentando arrancarla de su base. Aunque no lo consigue. Lo que consigue es que se apague la televisión durante un ratito.

Yo estoy en mi habitación "de verdad". Viendo la tele en mi cuarto con la luz encendida. Todo es normal. Yo en realidad no sé lo que está pasando fuera porque los bichejos fantasmales no saben abrir puertas (o eso quiero creer). En un momento, salgo para quejarme de que alguien está intentando impedir el visionado de una película, cuando me encuentro a la niña que me explica toda la situación. Yo asiento y me agacho porque una bola de fuego de uno de los bichejos fantasmales casi me quema la coronilla. Intento aguantar y atacarles lanzándoles cosas como si fuesen granadas, y consigo deshacerme de un par. Lo que no sé es que cuanto más tiempo pase fuera de mi habitación más loco me vuelvo.

Durante un rato, se va repitiendo la situación. Salir de la habitación, machacar un par de bichejos, arreglar la antenta de la tele y volver a mi habitación cada vez más chiflado.

Sigo viendo la tele, aunque al final soltando extrañas sonrisas y bizcando los ojos, hasta que una de las acometidas sobre la casa hace que se apague la casa. Toda la casa. Una de mis manías es ver la tele con la luz encendida. No puedo verla a oscuras. Ahora sólo puedo castigar.

He ahí cuando mi locura hace que empiece a chillar como un poseso. Cual Son Gohan enfurecido mi fuerza sónica de banshee hizo destrozar las paredes de mi habitación.

A gritos de "¡la luz!, ¡la luz!" y utilizando mis recién adquiridos poderes me abro paso por toda la casa, (con ticks nerviosos y extraños crujidos de dedos) hasta salir de la casa y encontrarme con los malos, que no son otros que los protagonistas de La visión de Escaflowne junto a un chica vestida de alumna japonesa tan alta como un edificio que intenta arrancar la casa de sus cimientos.

Los malos atacan. Por supuesto mi ataque sónico y enfermizo debido a la falta de luz, es la única oportunidad de salvación, así que el resto de miembros de la casa salen a ahostiarse con los malos que disparan. Curiosamente, en este extraño sueño en mi casa vivían cincuenta o sesenta personas, y ya os aseguro yo que no vivo en un piso de imigrantes ilegales.

El final está aproximándose. Los buenos, mis coleguis, caen como moscas ante los disparos de los malos, pero por suerte a mi no me dan ni una sóla vez. Llego enfrente de la niña japo gigante y pego el chillido más desgarrador jamás oído. Nada que envidiarle a un gruñido de Rayo Negro. Tal chillido desgarra la realidad en dos, partiéndola y dejando que entre el monstruo dueño de la mano que se ve en la portada del St.Anger de Metallica tamaño XXL.

En ese momento me he despertado agobiado y estresado. Si algo puede joderle más a un tío que no duerme nunca, es que las pocas veces que lo hace le jodan con paranoias como estas.

Un beso