La limusina cruzó el estadio lentamente, intentando no atropellar casualmente a ningún fan. Hombres y mujeres de diversas edades golpeaban los cristales tintados del vehículo con la intención de ver a su ídolo antes de que empezase el concierto. Pero Paul llevaba ya muchos años en esto como saber cómo tratar a esa gente.
Los fans son lo más bajo de la escala musical, pensaba. Vale, hay que tratarlos bien, porque son ellos los que compran la mierda que haces, pero realmente no tienen ni puta idea de nada. El único que tenía alguna idea de algo era él mismo.
El coche paró y George, el chófer, le abrió la puerta. Salió lentamente y se dirigió hacia la entrada de artistas, mientras se alisaba su nuevo traje italiano. Era blanco con finas líneas negras que caían verticalmente. Delicioso.
Mientras andaba por los pasillos, todo el mundo le miraba y le saludaba con cortesía. Él movía la cabeza aprobatoriamente y, a veces, sonreía. Hasta que llegó al camerino de la banda. En un gran cartel estaba escrito Los Profetas del Rock y adjunto a él, el símbolo de la banda: una serpiente de piedra enroscada sobre una rosa.
Dentro de esa habitación estaba el resto de la banda: John, Rin, Chris y Paquito. Todos unos perdedores. Se habían quedado en la época gloriosa del rock and roll y no habían evolucionado ni una pizca. Pensaban que si seguían tocando lo mismo seguirían siendo los preferidos de los fans.
Por supuesto, él estaba en contra. Una banda no tenía que vivir en el pasado y tenía que proponer fórmulas nuevas y creativas para seguir siendo los líderes. Así que el día que Paquito propuso mezclar el rock and roll con un zapateao flamenco de su tierra apoyó la moción. Y no sólo eso, ahora estaba buscando nuevos sonidos africanos basados en golpear fuertemente unas piedras con otras. Es difícil sacar un do cuando las piedras te machacan los dedos tarde o temprano. Pero él apostaba fuerte. El stone-rock causaría sensación y él subiría al podio del rock, junto a John Lennon, Kurt Cobain y unos pocos elegidos más. Después de eso se separaría del grupo y su carrera en solitario sería un campo de experimentación continuo
. Todo estaba preparado.
Después del frío saludo con sus compañeros, esnifó perico de las tetas de una grupi y se desvistió. Guardó su carísimo traje en una maleta especial y se puso la ropa de conciertos: vaqueros rotos, camisetas negras con lemas satánicos, bandanas, brazaletes de pinchos, etcétera. Lo último, por supuesto, fue colocarse su peluca de guarrete y los tres pares de calcetines en el paquete. No parece muy creíble escuchar a una estrella del rock con un traje italiano. La gente cree en la suciedad..
Salieron al escenario tras una espectacular presentación que mezclaba luces de color y fuegos artificiales. Todos fueron aplaudidos por cientos de miles de personas que se apretujaban para oírles cantar. Eran unos necios desgraciados, pensó. Yo nunca he ido a ver a nadie a ningún sitio y, por supuesto, sé más de música que vosotros, tontos del culo.
Empezó todo muy bien: Intromisión, You Need Somebody To Hate, o el gran éxito You´re Fatter Man Than I, que en su momento fue número uno tanto en EEUU como en Reino Unido. La gente se aglopaba, saltaba y chillaba con cada acorde, cada gemido cada chorradita que se le ocurriese hacer. Algunas adolescentes pasadas de vueltas, en un momento de euforia colectiva, se quitaban las camisetas para mostrar sus enormes y turgentes tetas. El éxito es como una operación de cirugía estética. Te volvía sexy y deseable para cualquier chati. Aunque sólo fuese por la previsión de que tendrías dinero de sobra para pagarle el alcohol y las drogas.
El repertorio de grandes éxitos terminó con Another Shit Song, Children of Neighbourhood y Jolines. Ahora empezaría su gran descubrimiento: el stone-rock de la muerte.
Un montón de hombres de color vestidos con taparrabos y plumas salieron al escenario con timbales. Se sentaron en el suelo del escenario y empezaron a hacer un tam-tam cada vez más frenético. Fue el momento que Paul empezó a entrar en éxtasis. La música le aspiraba y recorría todos los poros de su cuerpo. Empezó a sentir que viajaba sideralmente por toda la galaxia. Con una voz desacostumbradamente grave, empezó su No Change My Earth que paralizó a todo el público. La música parecía una oda siniestra a todo el mundo que maltrata a la madre Tierra y que todos debían ser castigados.
Probablemente, si el mensaje se hubiese dicho de una manera un tanto diferente, con rock and roll, con ritmo, con alegría, la gente seguiría danzando sin darse cuenta de nada. El mundo sabe que las letras de las canciones nunca han sido escritas para ser escuchadas. Como mucho para ser oídas por encima. Pero el sonido del timbal daba la sensación que estaba más cerca un fusilamiento en masa que cualquier otra cosa, con lo que el público se fue marchando lenta pero nerviosamente.
Después de los treinta y cinco minutos de música experimental, el estadio estaba vacío. Paul tenía razón. La gente no entendía la verdadera razón de la música. Por muchos discos que escucharan. Por muchas pajas se hiciesen pensando en que querían tocar la guitarra como Eric Clapton. Por muchas veces que lloraran con haber estado en Seattle a principios de los noventa y haberle podido comer la tranca a Kurt. Nadie tiene ni puta idea. Está demostrado.
Mientras, el público salía huyendo del escenario, Zach, como presidente del Club de Fans de los Profetas del Rock (C.F.P.R), se quedó de pie, petrificado. Llevaba toda su vida escuchando, analizando y comprendiendo cada uno de los detalles más ínfimos de cada una de las letras, del diseño de las carátulas, del orden en la que estaban colocadas cada una de las canciones.
Ahora pensaba en toda la esencia de los Profetas del Rock. Todos los fans que habían conseguido. Todo lo había tirado por la borda con ese burdo intento de hacer algo diferente. Ya nunca más voloverían a ser los más grandes. Acababa de presencia, delante de sus narices, el fin del grupo. Si los críticos no les hacían pedazos, cosa que dudaba, el resto del grupo daría la espalda a Paul. Y eso era darle la espalda a la creatividad. Definitivamente, hoy era el fin de su vida.
Pero estaba claro que algo debía hacer. Tantos años de amor y veneración hacia esa banda, no podía dejar que el mundo viese descomponerse a la banda ante sus ojos. Ésa era la diferencia entre él y el resto. El resto de personas que creían ser fans. Ellos les darían la espalda. Huían del estadio como si fuesen cualquier otro grupo de música.
Lo único que podía hacer era ayudar a Paul a acabar con dignidad el último concierto de la banda. Además, así de paso, su destino y el de su ídolo quedarían ligados por siempre jamás. Paul y Zach unidos era sin duda, algo del destino.
Sacó una 38 milímetros de debajo de sus vaqueros y disparó a Paul cinco veces. Tenía que asegurarse que lo mataba ahí mismo. Por su bien, claro.
Paul tenía 27 años. Zach sigue en chirona.
Un beso.
Escrito por Jake|28 de Marzo 2006 a las 10:08 AM|Gemma me está pitando desde el coche, esperándome impaciente.. pero yo me tenía que leer todo!
I love you Paul!
El Replicante es Azid|28 de Marzo 2006 a las 09:37 AMLa bellas historias siempre me emocionan,seré tonta...snif snif (que significa llorar) las rutilantes estrellas del rock son tan incomprendidas.
PD:Menos mal que no sacó unas gaitas.
AZID: ¡Eres una niña viciada!
APIO: ¿Prefieres ver a aborígenes tocar el tumba-tumba (significa golpear un tambor repetidamente) que una gaita?.
El Replicante es Jake|28 de Marzo 2006 a las 01:11 PMPues hay un grupo de Rock que mezcla las guitarras eléctricas con las gaitas. Se llama Akelarre Agrocelta, y tiene algunas canciones bastante buenas. Recomiendo la muiñeira de Chantada.
Bicos.
Apio: Los gaiteros son lo peor, bueno los gaiteros y los tunos-mimos (pero eso ya es demencial)
El Replicante es apio,onomatopeyas a mí|28 de Marzo 2006 a las 02:03 PMFijo que Zach jugaba al GTA o a rol ¡perturbado!
El Replicante es Cassady|28 de Marzo 2006 a las 03:36 PMTUXINA: De todo ahí en esta viña del Señor.
APIO: ¿Tunos-mimos?
CASSADY: Sí. Un RPG creado por Electronic Arts sobre la banda de Profetas del Rock. Por cierto, tengo el Padrino, ya postearé algo.
¡Ansias!
En el Meri no lo ponen muy allá, la verdad, aunque creo que es sólo la versión ps2 y xbox. Me imagino que la PC y la 360 deben ser mucho mejores.
El Replicante es Cassady|28 de Marzo 2006 a las 05:58 PMEstoy de acuerdo con la Meri en algunas cosas.
El Replicante es Jake|28 de Marzo 2006 a las 07:00 PM¡Ya va!
El Replicante es Jake|29 de Marzo 2006 a las 12:56 AM