LA INMORTALIDAD

Madrid. Hace diez años, el doctor Jan Svensen, el eminente científico noruego, hizo un hallazgo que ha cambiado el sistema de pensamiento de todos los científicos.

La situación se dio durante una travesía por el mar Báltico en el que estaba investigando algunas partículas unicelulares de lo más profundo de dicho mar. Estas partículas estaban incrustadas en algunos moluscos utilizados por algunos cangrejos ermitaños que habían sido desplazados por la resaca hasta esos mares.

La situación que vivió horas después fue inusual según palabras del profesor. El mayor de sus tres hijos, Aaron de 7 años, que se encontraba de vacaciones, entró en el despacho de investigación prohibido de su padre y empezó a jugar con los cangrejos.

Los inocentes juegos pasaron a algo más sádico. Cogió uno de los bisturís y empezó a desmembrar al pobre animal. Uno de los marineros del barco descubrió al niño y le impidió seguir con sus juegos.

Le cogí el antebrazo con la mano dice Tore, el marinero de 26 años que lo encontró. Tenía los ojos muy abiertos, parecía como si disfrutara de la escena. Tuve un momento de miedo, pero tenía que salvar las investigaciones del profesor.

Tres horas después del incidente el profesor Svensen se decidió a intentar curar al animal. Lo que ocurrió le dejo perplejo. Los cortes en la parte interior del estómago habían cicatrizado, y las patitas le habían crecido de nuevo.
Jamás había visto ni leído de esa capacidad de regeneración por parte de este animal. Así que fue probando y probando otros tipos de métodos más expeditivos. Todos resultaron infructuosos: el cangrejo seguía con vida.
Parece mentira, pero el cangrejo ermitaño tiene un factor de curación que le regenera a una velocidad nunca vista. Incluso las células que no han sido dañadas dice el profesor.

El último método fue el más macabro. Utilizamos un simple corte con un cuchillo de doble hoja para cortarlo por la mitad, para ver si era posible un milagro de la ciencia, explicó el profesor Yeng Fo, colega del profesor Svensen, el resultado fue que en un plazo no superior a 95 horas, el cangrejo se había regenerado totalmente.

¿Quiere decir eso que es posible la inmortalidad?. El profesor Svensen se agita con nerviosismo. La pregunta le sigue pareciendo imposible después de diez años. En ningún momento he querido demostrar que hay una posibilidad de vida eterna totalmente natural. Eso sería una plaga. Los humanos debemos morir, sino en cincuenta o cien años, no quedará espacio suficiente en la Tierra para el resto de seres vivos.

Las consecuencias de este descubrimiento cambiaría el mundo entero. Los ricos podrían dejar de morir si se encontrase una forma de trasplantar el factor curativo del cangrejo al hombre. De momento, las grandes potencias han vetado la continuidad del experimento, aconsejadas por el Vaticano, donde el Papa dijo: si Dios hubiese querido que fuésemos inmortales, nos lo habría concedido al darnos la vida.

Podría haber sido el final de la extinción animal. Podría suponer conseguir superar la barrera más difícil: la Muerte. Pero todo ha quedado vetado. Al menos, de momento.
Seguiremos informando.

Un beso.