23 de Mayo 2004


MUERTE SOBRE EL ANKH (2ªPARTE)

Rindrock Rigmarole, como nuevo miembro de la Guardia Nocturna de la ciudad de Ankh-Morpork, estaba patrullando las calles, de la manera tradicional en el cuerpo, por lo tanto, no es de extrañar que se encontrara en el famoso pub el Tambor Remendado, tomándose una jarra de cerveza.
Paseó después por las calles amplias e iluminadas del barrio* . Su compañero Vinny miraba suspicazmente a todo el mundo que se les cruzaba. Vinny era el tipo de personas que habían nacido para ser policías, y si no hubiese podido ser policía... habría sido policía.
Cruzaron una calle, después otra, y se encontraron con el guardia Zanahoria, patrullando su zona del barrio. Se saludaron con elegancia, y prosiguieron sus caminos orgullosos de pertenecer a la Guardia.
De pronto, sonó una gran explosión en uno de los callejones del barrio, mientras una gran cantidad de sustancia octarina salía disparada hacía el cielo, surcando los aires y acabando en pequeñas explosiones, que parecían fuegos artificiales.
Los dos guardias se acercaron en dirección a la casa. Mientras Rindrock entraba en la casa por el agujero que la explosión había producido en la pared, Vinny se quedó en la puerta, ahuyentando a todo aquel que se parara a mirar.
El guardia interino Rindrock cruzó la habitación principal con dificultad, por culpa de los cascotes que habían caído, la madera, el humo y el polvo. A simple vista no parecía verse la causa de la explosión... sólo encontró los cadáveres de cuatro personas. Debían ser cuatro alquimistas que se habían llevado fatídicamente el trabajo a casa.
Oyó la voz del cabo Zanahoria en la calle, hablaba con el cabo Vinny. Al parecer discutían sobre los métodos de éste para ahuyentar a la gente que se quedaba mirando la escena del crimen (y la que no se quedaba mirando también).
Rindrock salió a la calle y se encontró con muchos Guardias rodeando la zona, buscando pistas. Era el nuevo método de Investigación que el capitán Vimes había ordenado a toda la Guardia. Ya no valía el viejo método de estar en el sitio adecuado y en el momento justo. El factor suerte, por desgracia para los delincuentes, y para la mayoría de los guardas, ya no funcionaba.
El cabo Zanahoria, el guardia interino Vinny, el guardia interino Rindrock, el guardia interino Bozz, y el guardia interino Stu estaban limpiando (en el sentido más amplio de la palabra) la casa. El cabo Nobby Nobbs había escapado cuando vio que parecía un caso en el que tendría que hacer esfuerzo físico. Cuando vio que Zanahoria se ponía a discutir con el nuevo recluta, Nobby Nobbs, como veterano en mil retiradas, había andado sigilosamente hacía un ángulo en el que Zanahoria Fundidordehierroson no pudiese verle, y entonces había salido corriendo como alma que lleva el diablo. Medio minuto bastaba en Las Sombras para poder perderse entre sus calles, y el terrible olor que se generaba en esa zona de la ciudad era suficiente como para que ni un escuadrón de perros policías pudiesen perseguirle.
Los otros cuatro miembros de la Guardia sacaron los cuerpos y los amontonaron en otro callejón.
Cogieron las pertenencias de los cuerpos para requisarlas, y prendieron fuego a los cuerpos, ya que no tenían ni tiempo ni ganas para buscarles un espacio en el cementerio.
Una caja de cerillas, unas cuantas hojas blancas, un lápiz, un anillo con un símbolo extraño, fue todo lo que encontraron en los cuerpos, que parecía ser algo sospechoso.
- ¿De qué Gremio debían formar parte estos dos?- preguntó Zanahoria, observando con detalle la imagen del anillo.
- Podrían ser miembros de los alquimistas señor- dijo Rindrock Rigmarole- ya sabe que no pueden vivir si no están haciendo explotar algo.
- No- contestó rotundamente Zanahoria- Los alquimistas tienen prohibido trabajar fuera de los muros del Gremio. Tiene que ser otra cosa...
- ¿Quizás alquimistas renegados? ¿Alquimistas oscuros que quieren esclavizar Ankh- Morpork para utilizar a todos los habitantes en sus investigaciones de la piedra filosofal?- preguntó Rindrock.
- No. Esos fueron encarcelados la semana pasada. Tiene que ser otro Gremio...La extraña imagen de aquí...parece como si...De todas maneras, eres tu quien está a cargo de la investigación, ya que tu llegaste primero. Toma el anillo, si necesitas cualquier otra cosa, avísame enseguida.
Rindrock observó el anillo mientras pensaba en su carrera como guarda de la ciudad. Hacía tan solo tres días que llevaba en el cuerpo y ya tenía su propia investigación. Habían muertos, explosiones, organizaciones oscuras... y mucho más.
Mientras Zanahoria se alejaba del lugar, Rindrock se acercó a Vinny.
- Vinny, Bozz, Stu, tenéis que ocuparos de sacar todos esos deshechos de la casa, y buscad más pistas de esas. Yo iré a buscar información sobre ese signo.
Probablemente sólo había tres sitios en todo Ankh-Morpork donde se pudiese encontrar el signo del Gremio sin contar la tortura. Uno de los sitios era el Palacio de Havelock Vetinari, Patricio y supremo gobernante de la ciudad; el otro era la Gran Biblioteca de la Universidad Invisible, el último de ellos era el Gremio de Alquimistas.
Pese a lo que dijese el cabo Zanahoria, el Gremio de Alquimistas parecía bastante sospechoso.

Toc toc.
-¿Quién es?- preguntó una voz.
- La Guardia Nocturna- respondió Rindrock Rigmarole.
- ¿Qué Guardia Nocturna?- preguntó la voz.
Rindrock titubeó un segundo- ¿la de Ankh-Morpork?.
- No conozco a nadie con ese nombre- respondió la voz.
Se oyeron risotadas en el interior del edificio. Estaba claro que ha estas horas de la noche, los vigilantes nocturnos de todos los edificios del multiverso tenían que divertirse como buenamente podían.
- Es un asunto urgente. Tengo que hacerles un par de preguntas.
La puerta de entrada del Gremio de Alquimistas se abrió de par en par. Siete miembros del Gremio salieron corriendo, despavoridos, vestidos con armaduras completas y yelmos.
Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. De los humanos, los alquimistas son los que más veces tropiezan, ya que llevan una media de una destrucción completa del edificio y tres incendios del nivel 2 cada año. El problema es cuando las otras casas colindantes con la del Gremio de Alquimistas (el Gremio de Jugadores, por ejemplo), sufren las consecuencias de sus acciones.
Lo primero que se le ocurrió a Rindrock después de ver a siete miembros corriendo fue que si quería seguir vivo unas pocas horas más (todo un ejercicio de supervivencia en Ankh-Morpork) debería salir de allí lo más rápidamente posible.
Consiguió doblar la esquina un segundo antes se oyese una explosión del último piso de la torre del Gremio y una mesa de cuatro metros saliese volando en su dirección.
- La explosión no ha sido para tanto- dijo uno de ellos.
- Yo le pondría un seis- dijo otro.
- Hermoso, no obstante.
Rindrock se aproximó a ellos.
- Necesito hablar con ustedes- dijo- Soy de la guardia de la ciudad.
- Claro, agente- respondió uno- ¿qué ocurre?.
Rindrock sacó su libreta dispuesto a transcribir todo lo que decían.
- ¿Ha habido alguna baja en el Gremio últimamente?.
- Bueno... sí, el pobre Ronald, que le pilló la onda expansiva de la explosión del mes pasado. Y también supongo que vale también el viejo Stone, que murió de un cáncer a la edad de 65 años... todo un récord en el Gremio** . Bueno, también tuvimos la desgraciada visita del Gremio de Asesinos, no sé si me entiende y....
- Disculpe, me refería a que hubiesen dejado el Gremio, por alguna razón- le cortó Rindrock Rigmarole.
- No que yo sepa. Pero debería ir a hablar con el presidente gremial. Lo encontrará en el sótano, en el búnker anti-explosivos- dijo el alquimista.
- Gracias por su colaboración.
Rindrock se alejó y se dirigió al búnker del jefe de los alquimistas.
Normalmente, los búnkers sirven para proteger lo que está dentro de lo que está fuera. Es lógico, ¿no?. Si un ejército quiere entrar en un castillo... lo que hace el rey es protegerse, metiéndose en un búnker a prueba de... bueno, ejércitos.
Pero en esta ocasión, parecía que los alquimistas estaban intentando proteger lo que había fuera del búnker de lo que estaba dentro, lo cual, dentro de los parámetros más rudimentarios de supervivencia significaría un grave error.
Rindrock abrió la puerta de la ennegrecida y chamuscada puerta del búnker y vio a los alquimistas, vestidos con armaduras completas, mezclando brebajes de distintos colores, de los que emanaban un humo sospechosamente revelador.
- ¿Quién de ustedes es el jefe de los alquimistas?- preguntó Rindrock.
Los alquimistas se giraron para mirarle. Al cabo de un segundo de escrutadoras miradas entre ellos, uno dijo:
- Soy yo, agente. ¿Qué hemos hecho ésta vez?.
- Quizás deberíamos hablar en privado.
*No por temor, como hubiese jurado él, sino porque en los callejones pequeños no había suficiente gente para que pasara algo.
**Donde cuanto más mayor te hacías, menos probabilidades tenías de poder esquivar los cascotes o de poder salir de la habitación antes de que saliese todo por los aires.

Escrito por Jake|23 de Mayo 2004 a las 05:19 PM|


Comentarios

jajaja!! Me ha hecho gracia eso del cabo Zanahoria, jajaja!!! Un beso!

El Replicante es Lyzzie|24 de Mayo 2004 a las 07:15 PM

mm Lyzzie, eras la unica que se lee todos mis posts..o casi todos (porque reconozco que hay algunos insufribles. crees que hay alguna imagen o simbolo con el que pueda venerarte? y que sigas leyendo por mucho tiempo mas (si, asi de egoista soy)
Un beso.

El Replicante es Jake|24 de Mayo 2004 a las 09:33 PM


¡Al ataque!










¿Debo recordarte?