Nadie quería hablar con él. Todo el mundo pensaba que era un monstruo. Bueno, lo pensaban y se lo decían a la cara.
"Los niños pueden ser muy crueles", decía su madre. Pero no era sólo los niños. Siempre que paseaba sólo por la calle, para hacer un recado de su madre, o montando en su bicicleta, la gente se giraba para decir lo monstruoso que era.
Ya no quería salir más a la calle. Quería quedarse con su mamá todo el tiempo. Ella le protegería y le cuidaría para siempre.
El colegio era un suplicio. Sólo hablaba con uno o dos chicos, hasta que los mayores lews dijeron que si les volvían a ver hablando con él, les pegarían.
Todo por culpa de una extraña enfermedad. Cuando nació, el color de su piel no era sonrosas¡o, sino blanco, como las batas de los médicos. Cuando andaba por los campos que había detrás de la Iglesia, su piel se tornaba verde. Tenía problemas de pigmentación decían. Tarde o temprano se estabilizaría y sería normal.
Un día, caminando al colegio, se encontró como dos mayores iban en su dirección. Estaban sonriendo maliciosamente. Iban a darle su paliza del día. Dio la vuelta y salió corriendo.
Cruzó el pequeño patió que había en el colegio y pasó por debajo de una vieja valla.
Los chicos mayores iban detrás. Tenían piernas más largas y eran atléticos. No tardarían en cogerle. El intentar escapar suponía que le pegarían más. Fue un error.
Pasó todo el jardín del señor Welles y cruzó la calle. Se metió por el jrdín trasero de la señora Flower y pasó por el hueco de las plantas del señor Howard.
Entonces, cuando había cruzado lo vio. Un perro. Enorme. Dientes que parecían sables. Ojos inyectados en sangre.
Miró a ambas direcciones y vio un tobogán que había usado su hijo cuando era pequeño. Salió corriendo hacia allí, esperando ser más rápido que el perro.
Consiguió subir mientras el perro le mordía un zapato. Bueno, mejor un zapato que un pie.
Estaba volviéndose de color amarillo, como el tobogán. El perro ladraba mucho alrededor suyo. No tenía escapatoria. Los chicos le oirían y le sacudirían.
¿por qué tenía que ser él tan diferente?. ¿Por qué no podía haber nacido como el resto de los chicos? Eso había supuesto una cantidad de problemas que nadie jamás entendería.
No tener amigos. Ni conocidos. Todo el mundo odiarte por ser diferente. nadie lo entendía.
Los malditos colores eran el problema. Si pudiese volverse invisible en vez de volverse de colorines... un momento, pensó. El cielo no es azul de verdad. El cielo es transparente...
Se sacó el zapato que le quedaba en intentó apoyarse encima suyo, manteniendo el equilibrio. Si podía concentrarse lo suficiente...
Oyó a los dos chicos, removiendo las plantas del jardía, maldiciendo al perro que había. De momento no se acercarían. Y el perro era tan idiota que no podía subir por el tobogán. Continuamente se resbalaba y se caía.
Hubo un momento que dejó de escucharles. Los sonidos parecían tan lejanos. Como si una pared de granito le taponase los oídos.
Abrió los ojos y vio al señor Howard cogiendo al perro y metiéndolo dentro de la casa, preguntándose a quién ladraba.
Los chicos estaban marchándose. ¡Se había vuelto invisible!. Ya no tendría más problemas, porque nadie le vería.
Se dirigió a casa.
Llamó a la puerta y abrió su madre. Ella tampoco odía verle.
Después de convencerla de que estaba ahí, intentó explicarle que ahora ya no sentiría más tristeza. Ahora era invisible y nadie podría hacerle daño.
La madre lloraba mientras sonreía cariñosamente a donde se suponía que estaba su hijo. Mi hijo, repetía, mi hijito...
A partir de ese momento dejó de volver a la normalidad.
Todas las mañanas, la madre dejaba un cuenco de cereales para él. Cuando volvía de limpiar la casa, el bol estaba vacío.
Cada noche, hablaban un poco. La madre con voz triste. Nunca podré volver a ver a mi hijo. El niño con voz feliz, nadie nunca me podrá hacer daño.
La felicidad y la tristeza son tan subjetivas, que las buenas noticias para unos pueden ser malas para otros.
Fin.
Escrito por Jake| 2 de Mayo 2004 a las 03:26 PM|que bonita historia me ha gustado muchísimo besos
El Replicante es Bel| 2 de Mayo 2004 a las 04:08 PMVaya, gracias Bel. Un punto positivo para mi ego
El Replicante es Jake| 2 de Mayo 2004 a las 04:33 PMBonita metáfora, me ha gustado!! Dice el refrán que nunca llueve a gusto de todos.
El Replicante es Lyzzie| 2 de Mayo 2004 a las 04:44 PMMe gusta tu metafora, aunque yo queria hablar que tuviesis cuidad con la gente que cambia de color constantemente....XDDD.
Besos
Bueno, no es muy normal que la gente vaya por ahí cambiando de color como los camaleones, pero hoy me gustaría haber sido invisible ¬¬
El Replicante es Lyzzie| 3 de Mayo 2004 a las 08:17 PM
Lo único que no me gusta de tu historia es el título. Por lo demás, muy bien popo.
1. Si ni te gusta el título, propón otro.
2. Como me vuelvas a llamar popo, te quito de mi blog, capisci?
tan paradojico, dios...
El Replicante es Electra| 5 de Mayo 2004 a las 03:29 PMno entiendo que quieres decir electra.
la rae dice de paradoja esto:
1. f. Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de las personas.
2. f. Aserción inverosímil o absurda, que se presenta con apariencias de verdadera.
3. f. Ret. Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción. Mira al avaro, en sus riquezas, pobre.
la num 3. contradiccion q se mezcla n la historia n las ideas q cada personaje tiene sobre el bien y el mal, la felicidad y la tristeza total, la madre y el hijo, ser invisible o ser visible pro diferente y desgraciado, e ahi jake... la paradoja incuestionable y existencial, kiss
El Replicante es Electra| 5 de Mayo 2004 a las 10:37 PM