SPIDERMAN

Al señor Sony se le acababa el tiempo. A punto estaba de quedarse sin la exclusividad de las películas de Spiderman y decidió hacer una película antes de perderlo para siempre. ¿Era necesario? ¿Fue buena idea hacer una película "nueva" en tan poco tiempo?

En realidad el reboot no le ha sentado mal al hombre arácnido. Han cambiado de director, de guionista, de actores y el lavado de cara es bastante más creíble que en la saga de Sam Raimi. Algo es algo.

El problema es que la historia es la misma y que ya conocemos: niño friki al que le pica una araña y se convierte en un super-héroe al que le gusta contar chistes malos durante sus combates. El problema que al ser un reboot, remake y continuación en una sola película, durante la hora y media que dura la toda la introducción se nos hace algo coñazo. El resto de la película no está mal. Nada ingenioso pero sin cagadas y bastante fiel al cómic, que es lo que interesa.

El acierto de Marc Webb, el nuevo director, es combinar más y mejor el lado Peter Parker y el Spiderman. La dualidad de los problemas de uno con los problemas del otro, que en la primera saga no estaba tan bien mostrada. Además, el actor que hace de Peter, Andrew Garfield, es mucho más actor que Tobey Maguire. Aunque tiene cara de salmón, sabe interpretar cuando le pertoca, ¡incluso llora! Se pasa la película llorando de hecho.

En definitiva, que no está mal. A mí me ha gustado más que Spiderman 3, aunque eso era muy fácil, y me ha parecido más "humana" que las otras dos. No es la película de superhéroes definitiva, pero se deja ver. Y eso que en una semana se estrena El Caballero Oscuro.

Un beso.