TORRENTE 4

En esta película pasa como en Machete y como en la mayoría de las películas catalogada como "Cine de Mal Gusto", no es para todo el mundo. Chistes de pedos, comentarios racistas, machistas y homófobos. Así es Torrente, la imagen más casposa y chunga de la sociedad española.

A mí, que soy un ferviente admirador de José Luis Torrente -sobretodo de la primera entrega- esta me ha dado una sensación de decepción. Tenía la esperanza que Santiago Segura relanzara su franquicia en esta cuarta entrega, pero no. Torrente 4 explota lo peor de la saga.

Una película que va por su cuarta parte no puede ser muy original, y ésta no lo es en absoluto. La estructura es la misma: tener un compañero patán (Kiko Rivera) que hace parecer a Torrente un tío guay y un malo adinerado y chulesco (Francisco) que hará lo posible por destruirle. Además, los gags se repiten hasta la saciedad y las situaciones también.

Aunque el principio de la película está bastante bien, pronto se vuelve cansina. Da la sensación que la película está escrita a propósito para ir metiendo cameos de famosos de medio pelo. Da igual la historia, sino que todos tengan su minuto de gloria. Y hay demasiados. Todos casposos y frikis sacados del Sálvame Deluxe o de mierda por el estilo. Se salva el cameo de Juanito Navarro o de El Langui, pero hay otros absolutamente infames, como el de Cesc Fabregas o David Bisbal.

Además la película era muy corta. 90 minutitos. Cuando parecía estar en su apogeo... se acaba. Muy raro y muy mal sabor de boca me ha dejado. Y como "bonus track" sale Torrente y Kiko Rivera haciendo una especie de flash mob en la cárcel muy cutre y sin ningún sentido.

Una de las cosas positivas es que el 3D está muy bien hecho. No es una cutrada como en Furia de Titanes, por poner un ejemplo. ¿Vale la pena gastarse 10 euros por esta película? Allá vosotros.

Yo me he reído, lo reconozco. Me gustan las chistes de pedos y los comentarios esos tan destroyers que tiene anti-todo. Aunque hay que reconocer que la franquicia está muerta y que su único motivo de existencia es para el lucro personal de un Santiago Segura que se va a hacer de oro (otra vez).

Un beso.