7 de Abril 2010


ARTIST FORMERLY KNOWN AS

El hombre recogió la lanza que había tirado en el suelo. Había fallado. Otra vez. Siempre fallaba. Lo había intentando todo: piedras, flechas, fuego... Incluso una vez estuvo suplicándole al conejosaurio que tenía delante que se lanzara él solito a la trampa que tenía delante. Tampoco funcionó.

No es que no tuviera cualidades. Era fuerte y rápido. Simplemente nop estaba hecho para él. Eso de pelear y matar estaba hecho para otro tipo de hombres.

También probó con ser recolector, para gran desgracia de su padre, que era el jefe del poblado. Ser recolector era de chicas y, aunque él se sentía más a gusto al lado de las féminas, estar todo el día recogiendo le dejaba las manos destrozadas y se tiraba horas y horas bañándola en leche de burrodocus. Tampoco estaba hecho para él.

Entró cabizbajo al poblado y se dirigió a la cabaña de su padre. Tenía que hablar con él de una vez por todas.

No es que su padre no se portase bien. Le había dejado inventar el Puarghh, que consistía en un salón muy adornado con varios tronos de piedras recubiertos de pieles de Dientes de Sable. La idea consistía en que la gente se sentara y él les cortase un poco el pelo con el proghrrr, un invento que consistía en dos palos de madera cruzados, atados en el centro y cuyos extremos tuvieran dos piedras cortantes. Cuando las piedras chocaban, tenía que cortar, sin embargo lo único que conseguía era arrancarle la cabellera a sus conciudadanos.

Mientras cruzaba el poblado se cruzó con Bruto, el líder de los guerreros. Le encantaba mirarle cuando se bañaba en las cataratas. Tenía un torso musucloso, unos brazos enormes y, según contaban algunas mujeres, debajo del taparrabos tenía un Diplodocus de un sólo ojo. Cuando le contó los sentimientos a su madre, ésta lloró. Dijo de él que era un loco. Su padre le obligó a que no dijese nada y que guardase sus sentimientos en el grfhhx donde guardaba sus taparrabos.

Entró en la cabaña y se puso delante de su padre, el más grande de los guerreros. Él sólo había conseguido montar en un ptelodáctilo y derribar a un tiranosaurio. Ahora ya estaba mayor, todo el inmenso pelaje que tenía por todo el cuerpo ya estaba blanco. Pero aún conservaba su vigor de la juventud. Participaba en cacerías con los otros guerreros y seguía dejando preñadas a mujeres de la aldea que le llevaban la mitad de años.

- Y bien, hijo- dijo con su voz atronadora- ¿has conseguido cazar algo?
- No, padre - le respondió.
- Maldita sea. ¿Qué vamos a hacer contigo ahora?
- Esta aldea no es para mi, padre. Necesito irme. Buscar mi verdadero yo.
- Puedes encontrarlo aquí- dijo su madre.
- No, madre. Ya os he avergonzado suficiente. Me iré lejos donde pueda bailar y cantar. Y dar rienda suelta a todos mis deseos. Mamá, quiero ser trpsggrrr.
- ¿Trpsggrrr? Esos son unos muertos de hambre y unos desarrapados.
- Sé que esa es tu opinión. Pero me iré y algún día el mundo conocerá el nombre de Jorge Javier Vázquez.

Un beso.

Escrito por Jake| 7 de Abril 2010 a las 06:43 AM|


Comentarios

Quien no ha mirado alguna vez a Bruto bañarse en las cataratas?

El Replicante es apio| 7 de Abril 2010 a las 08:23 AM

Jajajaja, fue una época dura para los trpsggrrr.

El Replicante es Inagotable| 7 de Abril 2010 a las 09:13 AM

APIO: Aquí todos perverts.

INAGOTABLE: Y para los puarghhhs.

El Replicante es Jake| 7 de Abril 2010 a las 11:53 AM

La vida de recolector, todo el día agachado en el culo en pompa parecía bastante apta para él, eso sí, estropea muchísimo la piel de las manos.

El Replicante es Tuxina| 7 de Abril 2010 a las 12:22 PM

Tampoco había nadie en el poblado que estuviese dispuesto a llenar ese agujero. O si lo había, tenía los sentimientos bien guardados en su grfhhx.

El Replicante es Jake| 7 de Abril 2010 a las 03:31 PM


¡Al ataque!










¿Debo recordarte?