SHERLOCK HOLMES

Es curioso lo parecida que es la historia de los personajes de James Bond y Sherlock Holmes. Los dos son personajes que pasaron de la literatura al cine. Que en el cine han tenido una larga y próspera historia, pero después de unos cuantos años en los que los espectadores han empezado a aborrecer más de lo mismo, han decidido reconstruir sus personajes para hacerlos más interesantes. Curiosamente, los dos pasan de ser elegantes y recatados a ser unas malas bestias, que golpena primero y preguntan después.

El personaje de Sherlock en las novelas es un tío frío, ingenioso, irónico y muy inquieto. Le encanta el boxeo, la apicultura, toca el violín, incluso en alguna novela que Sherlock suele consumir cocaína cuando se aburre, aunque al final acaba dejándolo por insistencia del Dr. Watson. Y en eso es en lo que Guy Ritchie se refería cuando hablaba de que la película iba a ser mucho más fiel a las novelas. En lo demás, no tiene nada que ver. Sherlock Holmes se decide más por las hostias que por su racionalidad.

La película en sí es una película de acción.para gente de ahora: visualmente potente, entretenida y con una historia coherente. Puede que no gane el Oscar al mejor guión original, pero al menos no tiene cagadas en sus propuestas. Los actores hacen un buen papel, quizás quien lo hace peor es la chica, Rachel McAdams, pero perdonable.

De todos modos, al final me ha parecido mucho menos transgresora que lo que nos prometía Ricthie. Quizás mejor, porque si se hubiese tomado demasiadas licencias creativas, puede que el producto al final hubiese sido un pastiche demasiado complicado.

Ahora sentémonos y esperemos a la secuela, que ya estaba confirmada antes incluso de estrenar la primera parte. Y esta vez, por fin, podremos ver al profesor Moriarty. ¡Ja, je, ji, jo, ju!

Un beso.