RESISTANCE

Muchos tienen marcado hoy, día 29, como el Gran Día. Sí, juegan el Superclásico español entre el Barça y el Real Madrid. Muchos otros tenían marcado el 28, porque Muse tocaba su último concierto de la gira española. Y digo gira, aunque podría decir el bi-concierto porque sólo tocaron en Barcelona y ayer en Madrid. Yo tenía marcado los dos días.

El principio del concierto fue espectacular. Tres edificios de unos veinticinco metros de alto estaban plantados en mitad del escenario. Se empiezan a iluminar las ventanas y aparecen siluetas de personas que bajan las escaleras. De repente, empieza a sonar la música y se vienen abajo los telones. Aparecen los miembros del grupo encaramados cada uno en el cuarto piso de cada uno de los edificios. Se sonríen y empiezan a tocar Uprising, del último disco. Era como estar en Matrix. Más o menos.

Y pasó un poco como en Rammstein: tocaron durante los primeros cuarenta minutos todo el disco Resistance. No me dio la sensación de estar tan perdido como en el de los alemanes, porque el disco lleva más tiempo en el mercado y United States of Eurasia me suena ya a canción clásica. Pero, ¿por qué no pueden mezclarlas? No les cuesta nada, maldita sea.

Pasado el tiempo tocaron ya los clásicos de ayer y hoy, empezando por Plug in Baby, continuando con Time is running out o Black holes and revelations y acabando en Starlight. Increíble sonó Supermassive black hole. Y el bis fue para Exogenesys symphony, Stockholm syndrome y Knights of Cydonia.

Y las 15.000 personas que estábamos en el concierto salimos de allí preguntándonos si nos habíamos tomado la pastilla blanca o la roja.

Un beso.