La isla de Tavolara hoy es simplemente una parte más de Italia. Unas cuantas tumbas reales, una fotografía de la antigua familia real, que hoy se muestra en el museo del Palacio de Buckingham, y un rey, que sólo reina sobre uno de los restaurantes de la isla, son los únicos recuerdos que quedan de los años durante el siglo XIX y XX en los que fue un reino, aunque muy pequeño, independiente y que, además, formalmente nunca se unió a Italia.
Tavolara es hoy una pequeña isla situada en la costa noreste de Cerdeña, de seis kilómetros de largo y apenas uno de ancho. Es un macizo de piedra caliza cuyo punto más alto es el Monte Cannone, de 565 metros, y que tiene escarpados acantilados en su contorno, a excepción de sus extremos. En 1807, cuando llegó Giuseppe Celestino Bertoleoni Poli, Tavolara estaba despoblada.
Giuseppe era un joven de 29 años, natural de la cercana isla de Maddalena. Aunque llegó solo, con el tiempo construyó una casa e hizo venir a la isla a una de sus dos mujeres y los hijos que tenía con esta. Giuseppe y su familia llevaban una vida de lo más normal, hasta que en 1836 el rey Carlos Alberto de Cerdeña decidió visitar la isla con el fin de participar en una batida de caza. Carlos Alberto acudió a Tavolara por la fama de sus cabras salvajes, que se decía que tenían los dientes de... oro. En realidad, a causa de las algas y los líquenes que comían, los tenían amarillos.
A la llegada del rey de Cerdeña, Paolo, el hijo de Giuseppe, se presentó como el rey de Tavolara. No queda claro si este se lo tomó en serio o a broma, pero Carlos Alberto quedó impresionado con los modales de aquel pastor que decía ser todo un rey. Después de pasar tres días y tres noches hospedado en su casa, a su partida, el rey Carlos Alberto dijo a Paolo que ni él ni su familia debían preocuparse por su derecho a permanecer en la isla y proclamó a su padre, Giuseppe, rey de la isla, concediendo el título de "Príncipe" para su hijo mayor, y los títulos de Signore delle Isole y Signora del Mare para los hijos menores.
Tras su nombramiento como rey, Giuseppe hizo venir a su otra familia para vivir con él a Tavolara. Giuseppe dejó el reino a su hijo Paolo en 1845, y murió en 1849. Giuseppe había visitado en 1839 al rey Carlos Alberto en Turín y había obtenido un fuero real para Tavolara. Durante este mismo período, el patriota italiano Giuseppe Garibaldi mantuvo contactos con miembros de la familia Bertoleoni que vivían en otras islas, a los que visitaba a menudo.
Tavolara no fue incluida en la unificación italiana, y el rey Paolo presionó para obtener el reconocimiento de su independencia por parte del Reino de Italia. Durante su reinado, en 1861, el gobierno italiano pagó 12.000 liras por una parcela de tierra en el noreste de la isla para construir un faro, que comenzó a operar en 1868.
Después de la muerte de Paolo en 1886, y cumpliendo con sus deseos, la isla se convirtió en república, con un presidente y un consejo de seis elegidos cada seis años, por sufragio universal, incluyendo hombres y mujeres. Según parece, la república fue reconocida por Italia al año siguiente. Sin embargo, fue un periodo corto, apenas duró 13 años. La pequeña república cayó en la desorganización, y un reacio Carlo I tuvo que reinstaurar la monarquía en 1899.
Durante el verano del 1900, el HMS Vulcan, un barco de la armada real británica visitó la isla. Sus oficiales tomaron una fotografía del rey Carlo y de ocho de los miembros de su familia real para la colección de fotografías reales de la reina Victoria. La soberanía de Tavolara volvió a ser reconocida en 1903, en este caso fue Víctor Manuel III, que firmó un tratado de amistad con la nación.
En 1904, sin embargo, Carlo era rey, pero sólo de nombre, sin ninguna ambición por gobernar. Según se cuenta dijo: "No me importa ser rey. Con preparar buenos platos de bogavante, tengo más que suficiente". Finalmente, le convencieron para que reinara hasta su muerte en la Riviera italiana.
Carlo I fue sucedido por su hijo el rey Paolo II. Paolo marchó al extranjero y dejó a la hermana de su padre, Mariangela, como regente en su ausencia. La reina Mariangela murió en 1934, dejando el reino a Italia. Su sobrino Paolo II, sin embargo, reclamó el reino, y le fue concedido. Durante su reinado se produjo un resurgimiento de la monarquía y nombró a su primo, el príncipe Ernesto Carlo Geremia, teniente general del reino. Paolo II fue el último monarca efectivo de la isla. Coincidiendo con su muerte, la OTAN ubicó una instalación militar en la isla que marcó el fin de la soberanía efectiva de Tavolara.
La viuda de Paolo II, Italia Murru, se retiró a Porto San Paolo en Cerdeña, pasando los inviernos en Capo Testa, hasta su muerte a la edad de 95 años en 2003. Antes, en 1993, había muerto el rey Carlo II, hijo de ella y Paolo II, a quien sucedió, el que en la actualidad es el rey de Tavolara, Tonino Bertoleoni, un ciudadano italiano que dirige "Da Tonino", un restaurante en la isla. Su hermana, la princesa Maddalena es la propietaria de otro restaurante próximo. Con motivo del retorno a Italia en 2002 de Víctor Manuel de Nápoles, Tonino le hizo un llamamiento para el reconocimiento del reino de Tavolara. La princesa heredera, que ha asumido los deberes de estado, está casada con un oficial de la marina norteamericana.
La isla nunca tuvo una gran población, poco más de 40 habitantes en la década de 1950, cuando la familia era más grande. En la actualidad, los ciudadanos del reino, unos 15, son los familiares del rey Tonino. En verano el número de súbditos se duplica hasta lo 30, todos dedicados al turismo. Todos son ciudadanos italianos, lejos quedan los tiempos en que eran sólo ciudadanos del reino de Tavolara y no tenían ningún compromiso con Italia, ni pagaban impuestos, ni estaban obligados a prestar el servicio militar, según recuerda uno de los nietos del príncipe Ernesto Geremia.
Un beso.
Escrito por Jake|22 de Septiembre 2009 a las 10:49 AM|Yo también quiero mi trozo de reino, con gatos con colmillos de oro. Voy a ir mirando islitas, aunque las últimas que publicaste por aquí se me iban un poco de presupuesto.
El Replicante es Inagotable|22 de Septiembre 2009 a las 11:24 AMPues como no te pilles Perejil...
El Replicante es Jake|22 de Septiembre 2009 a las 12:23 PMYo no tengo un reino, pero tengo una república, la república independiente de mi casa. Y a veces, bastantes problemas que me da. No quiero ni imaginar lo que sería un reino de seis kilómetros de largo por uno de ancho.
Besos felinos.
Depende de lo que te la sude el reino.
El Replicante es Jake|23 de Septiembre 2009 a las 10:32 AM2 bares d mierda ¡¡¡¡¡¡ que pobres loslokoss¡¡¡¡ chussss
El Replicante es chumba| 9 de Diciembre 2009 a las 09:04 PM