El timbre sonó por tercera vez. Esta vez con más insistencia que las otras. Ahí fuera estaba muy oscuro y llovía. Llovía bastante. Las cortinas estaban echadas y las persianas cerradas, pero aun así se podía reconocer cuándo caía un rayo.
Dentro de la casa todo estaba a oscuras. Las puertas cerradas con llave. La casa estaba completamente vacía. O eso parecía cuando volvió a sonar el timbre. Esta vez, iba acompañado de violentos golpes contra la puerta. Alguien quería entrar a toda costa.
Subiendo por la escalera enmoquetada de azul oscuro había tres habitaciones. Tres habitaciones bien cerradas, por supuesto. En una de ellas, escondido en el armario ropero, estaba el pequeño Adrián, muerto de miedo.
Había estado viendo una película de dibujos por enésima vez cuando la cara de alguien apareció de repente por la ventana. Intentó hacerle un gesto amable para que le abriese la puerta, pero sólo pudo poner una mueca terrorífica que asustó todavía más al pequeño.
El niño no dudó en cerrar ventanas y puertas, apagar las luces y salir disparado hacia el piso de arriba, pero desgraciadamente, la última parte de su improvisado plan para ahuyentar al tipo se iba al garete: la tormenta había estropeado la línea telefónica. Así que decidió cerrar todas las puertas de arriba y protegerse en su propio armario ropero con un bate de béisbol y un equipo de coderas y rodilleras que utilizaba cuando salía a patinar.
Mientras se concentraba en su propia respiración, se dio cuenta que hacía unos minutos que no oía ruidos allá abajo. Eso, en lugar de tranquilizarle, le asustó todavía más. Sorbió los mocos que tenía, se secó las lágrimas y abrió con cuidado la puerta del armario. No parecía que hubiese nadie. Salió despacio, sin hacer ningún ruido, agarró el bate con las dos manos y fue acercándose a la puerta del pasillo.
Giró el pomo lo más silencioso que pudo y empujó suavemente la puerta. Su corazón latía tan fuerte que no podía escuchar nada más. Aguantó la respiración lo suficiente como para escuchar algo de lo que había a su alrededor, pero no oía nada. Estaba todo desierto.
Llegó hasta las escaleras y miró en todas direcciones: ni rastro de nada. Bajó con cuidado dos peldaños de la escalera y volvió a esperar. Nada de nada. Empezó a bajar el tercer escalón cuando escuchó unos cristales romperse en la cocina.
¡Claro, la cocina! Se olvidó por completo de ella cuando estaba cerrando toda la casa. Ahora el maleante podría entrar. Se quedó pensando unos segundos sobre si seguir adelante o volver a su escondite.
Decidió bajar dos escalones más cuando se encendió la luz de la cocina. Se quedó petrificado. Ya estaba dentro. Volver atrás era la solución más sencilla, aunque no era muy complicado encontrarle ahí. Si lo conseguían, no tendría escapatoria. También podía intentar salir corriendo por la puerta delantera y confiar en su velocidad.
Un gruñido se escuchó desde la cocina y unos pasos. Se acercaban. Adrián no lo dudó más y decidió salir corriendo: bajó las escaleras de un salto y aceleró en dirección a la puerta.
Escuchó como el maleante le gritaba algo y se acercaba a él dando grandes zancadas. Adrián intentó abrir la puerta, pero se dio cuenta que estaba cerrada por dentro. Giró la cabeza hacia atrás y vio una figura enorme que se abalanzaba sobre él. Buscó a tientas la cerradura y abrió la puerta. La manaza del intruso le agarró de la camiseta del pijama, pero él consiguió zafarse y salir corriendo por la acera mojada.
La figura amenazadora se quedó plantada en el umbral de la puerta. Suspiró y sacó algo del bolso que llevaba colgado al brazo. Lo miró un momento y se lo acercó a la cara.
- ¿Policía?- dijo-. Mi nieto se ha escapado de casa en pijama. Sí. Gracias.
Ya no estaba para esos trotes. La próxima vez que tuviesen que buscar una canguro, esperaba que se lo encargaran a otra persona.
Un beso.
Escrito por Jake|16 de Junio 2009 a las 11:01 AM|¡que terror, lo querían dejar con el viejo!
El Replicante es apio|16 de Junio 2009 a las 12:54 PMComo usted.
El Replicante es Jake|16 de Junio 2009 a las 12:57 PMAl menos no lo molió a palos xDD
El Replicante es Inagotable|16 de Junio 2009 a las 03:01 PMDebería haberlo hecho.
El Replicante es Jake|16 de Junio 2009 a las 04:03 PM