10 COSAS QUE UN HOMBRE NO DEBERÍA TENER

1. Un ojo morado. Los bravucones, lejos de parecernos atractivos, nos dan flojera. Hablando se entiende la gente, dice un sabio proverbio. Sin embargo, si están resueltos a iniciar una pelea, por lo menos que existan posibilidades de ganarla.

2. Un callo en el dedo. Provocado por horas interminables jugando PlayStation. Es entendible que, por muy mayores que sean, los hombres en estado relajado tienen actitudes infantiles. Éstas, incluso, pueden resultar encantadoras. Pero si el callo es prominente, hay una vida ahí afuera que espera ser vivida.

3. Un refrigerador vacío. No sólo por cuestiones de supervivencia: pocos trucos son tan seductores e inolvidables como ése del desayuno en la cama después de una sesión de sexo salvaje.

4. Un futón en sustitución de una cama. Nunca una mujer le ha pedido a un caballero que la lleve cuanto antes a su futón.

5. Un saludo secreto. Es más, pongámonos tolerantes, si es indispensable, tengan su saludo secreto, ése en que chocan las manos, hacen chasquidos y sonríen en signo de complicidad. Pero manténganlo así: secreto. Cuando estén frente a otras mujeres, es recomendable que se saluden en forma convencional.

6. Una obsesión por citar su filme/músico/escritor favorito. En especial cuando dichas citas surgen a la menor provocación y en un contexto inadecuado.

7. La costumbre de amenizar las fiestas con anécdotas del tipo "entonces le dije al policía...". Para nosotros los hombres, es muy divertido y hasta educativo saber como otros se escapan de la policía, pero a algunas mujeres esto les parece "estúpido e infantil".

8. Vasos con logotipos. De ésos que venden o medio regalan en las promociones de Burger King y McDonald's. Pero uno de cerveza SIEMPRE debería estar en donde se vea fácilmente.

9. Un llavero de destapador. Según mi fuente, es un emblema de la vida preparatoriana y demuestra que son incapaces de abrir las cervezas valiéndose de un encendedor u otros objetos (un gesto de virilidad que encuentro interesante y grato).

10. Y, finalmente, nunca, por ningún motivo, un nombre para su pene. Es de mal gusto y, como dicen algunos hispanohablantes, no mola.

A ver si adivináis cuál de estos diez puntos yo no he cumplido.

Un beso.