BAYER DREAMING

Querido diario,

he vuelto a tener un sueño demencial. Bueno, en realidad eran dos, pero uno no tiene ningún sentido y no puedo comentarlo claramente. En realidad, los dos no tienen sentido, pero al menos de uno de los dos me acuerdo vagamente. Allá va:

Imaginaos que El Corte Inglés fuese una farmacia. Una farmacia un tanto extraña, porque además es secta, y todos los farmacéuticos iban con túnicas y hablaban con mayúsculas.

De repente, aparezco yo y mis padres que tenemos la absurda idea de entrar por la fuerza en el lugar y acabar con la amenaza farmacológica. Vamos de blanco, como si fuéramos soldados imperiales, pero con la mala suerte de no llevar armas.

Mi padre se queda en la puerta de la farmacia y me dice que mi madre y yo tenemos que bajar al sótano donde se está llevando a cabo algo que tenemos que detener. Yo no le pregunto nada y asiento. Bajamos por el ascensor.

Se abren las puertas y enseguida nos dispara una soldado de la farmacia. Nosotros esperamos en un lado del ascensor y la tía se acerca. Yo la agarro, le quito el arma, le disparo... pero no se muerte. Ella saca un arma, mientras dice:

- Tendrías Que Haberme Registrado A Fondo.

Y me dispara... pero yo tampoco muero. Así que le vuelvo a agarrar y le vuelvo a quitar el arma. Me desespero un poco, porque ellos no mueren y yo tampoco. Esto parece un episodio del Equipo A.

Entonces no sé cómo, le convenzo que se una a nosotros para derrocar a los farmacéuticos esos. Y ella accede bastante fácilmente. Y saca otro arma y me dice que nos cubre. Así que le doy una de las dos armas a mi madre -que se parece a la señora que hacía la película de Alto o mi madre dispara- y salgo a lo bestia disparando a todo lo que se mueve... pero nadie muere.

Y ahí se acaba el sueño.

Un beso.