MI MADRE ERA UNA TREKKIE

Yo no me considero un trekkie, porque no he visto todas las series de la saga, ni me conozco al por menor la vida y milagros de los personajes de las series. Pero lo suficiente. Sobretodo de la Serie Original, que es la que con más calma he visto.

Y la película de J.J. Abrams está bien. A mi me ha gustado. Es entretenida y está bien hecha. Aunque sigue obsesionado un poco con los viajes en el tiempo y con los osos polares, pero se le perdona.

Cuidado que vienen spoilers.

En realidad, lo de los viajes en el tiempo es un recurso bastante aceptable para no tener que auto-imponerse escribir la historia de los personajes otra vez y poder hacer un poco lo que le sale de los cojones.

En realidad, los personajes son bastante parecidos a la serie de televisión. Aunque a Spock parece que le hayan querido dar a opción mucha más carga dramática con todo ese romance con Uhura, que creo recordar que en la serie no sucedía. Y además, le hacen ser mucho menos lógico de lo que se espera para un vulcaniano. Sobretodo en la escena en la que lanza la nave contra la de Nero. Se supone que los vulcanianos son extremadamente racionales, y por mucho que Spock sea medio humano, y su vida se base en la dicotomía lógica/pasión, no creo que el personaje de Leonard Nimoy lo hubiese hecho. Era irracional jugarse toda la estrategia a una única carta.

Yo me he emocionado en algunos momentos, sobretodo cuando ha aparecido Nimoy diciendo lo de "larga vida y prosperidad", con el saludo oficial vulcaniano. Y al final, cuando el mismo personaje dice la famosa frase que salía cuando empezaba cada episodio de la serie:

El espacio: la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar «Enterprise», en una misión que durará cinco años, dedicada a la exploración de mundos desconocidos, al descubrimiento de nuevas vidas y nuevas civilizaciones, hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar.

Bueno, en realidad, en la serie original era la voz de Willian Shatner la que lo decía, pero él rechazó el pequeño papel homenaje porque -dicen- que era más pequeño que el de Leonard Nimoy y eso le corroía por dentro.

Un beso.