NOCHE APAGADA

No sé si es por la resaca o por lo que pasó anoche. Pero estoy como alma en pena. Es bueno eso de ir de resaca, porque la gente da por sentado que es por ese motivo por el que estoy tirado con esa cara tan larga.

En realidad, no sé qué nos está pasando pero está empezando a entrar en terreno farragoso. Quiero decir que, joder, la cosa parecía hecha. Ella me mola. Yo le molo. ¿Dónde está el problema? Saquemos los condones de colores y celebremos una fieshhhta de las buenas.

Pero no. Hace un mes, aproximadamente, parecía que era el día. Ella estaba terriblemente encantadora y cariñosa conmigo. Y yo, no sé muy bien por qué, la jodí bien: decidí largarme prontísimo a casa y dejarle con cara de gilipollas. Estaba un poco rayado con otros temas y se me olvidó el pequeño detalle que ella también es persona. Y no me ha perdonado todavía.

Yo pensaba que, aun así, la cosa iba bien. Nos quedamos mirándonos el uno al otro como gilipollas todo el día. Me llama borracha para decirme lo mucho que me echa de menos. Me envía SMS de vez en cuando...

Las lunas se concentraban ayer por la noche. Yo lo tenía todo preparado. Incluso me cambié de calzoncillos, para variar. Ella llegó absolutamente espectacular. Con esas camisas largas que dejan ver un hombro. Y cuando andaba podría haberle provocado un ataque cardíaco a un yak.

Pero al final no pasó nada. Bueno, sí pasó, que se fue rayada y yo también. Y mientras la otra parejita que venía con nosotros se daba el lote a lo bestia, nosotros hablábamos de banalidades con esa tensión que hay cuando en realidad deberíamos estar nosotros por competir en el divertido juego de quién mete la lengua más adentro.

Su amiga me dice que se está haciendo la dura simplemente para joderme, pero yo preferiría que me jodiera de otra manera. Soy un pagafantas. Y además, me duele la puta cabeza. No habléis muy alto.

Un beso.