NUESTROS SUELDOS

Dice Paul Kurgman, un gurú de la economía que, entre otras cosas, ha ganado el Premio Nobel, que en España hemos estado viviendo un poco de jauja con unos sueldos que no se corresponden con nuestra economía.

Para sobrevivir a la crisis, según este señor, el país entero tendrá que reducir su sueldo. Algunas plantillas de empresas como Clickair o la de Electrodomésticos Fagor han decidido reducir su sueldo en un 50% para salvar un montón de puestos de trabajo. A eso se le llama romanticismo empresarial. O debería llamarse, al menos.

¿Pero esa es la solución?. A mi me parece una mierda de solución. Primero porque los sueldos no están como para tirar cohetes precisamente. Seguramente somos el país del G20 con el sueldo mínimo más bajo: 600 euros al mes. ¿Y encima quieren bajarlo más?. Porque a los que bajarán el sueldo es a los curreles, a ti o a mi. No a un director general que gana 8.000 euros al mes. Me pregunto qué haría yo con tanta pasta al mes...

Pero para reactivar la economía, la gente de a pie tiene que tener dinero para poder hacer la compra. Al final, vamos a estar todos buscando en cubos de basura en La Moraleja, a ver si encontramos algo que llevarnos a la boca.

Mi propuesta para salir de la crisis es lo que se conoce como "O follamos todos o la puta al río". Consiste en paliar las enormes diferencias salariales entre los miembros de una empresa. Todas los miembros que cobren un salario de entre 1.000 y 2.000 euros al mes. Así, la diferencia salarial que tendrá con el presidente de tu empresa no será de cuatro cifras. Y seguro que la empresa puede mantenerse a flote un poquito más.

Probablemente a los tipos encorbatados con dos coches y dos motos que oigan de bajarse el sueldo se les empezará a entrar la risa tonta. Ahí es donde empieza el plan Vive la révolution!, que consiste en que aquellos desgraciados que no quieren llegar a estos niveles de igualdad, serán aguillotinados en la sala de juntas y sus cabezas colgadas como trofeo. Para que nadie olvide lo que vale un peine.

Ya lo decían los Monty Python: Nobody expects de Spanish Inquisition!.

Un beso.