GOOD INTENTIONS

Este pasado año 2008 no he ido al gimnasio. Algunos problemillas físicos no me dejaban moverme demasiado, aunque tampoco lo usaremos de excusa: los problemas persisten y tengo el firme propósito de ir muchos días por semana. La putada es que salgo tarde del curro prácticamente siempre, así que ya veremos cómo me lo monto.

El otro propósito es leer más. Este último 2008, me habré leído, como mucho, veinte novelas, muy por debajo de mi media normal. Cuando estoy en casa, me apetece más estar en el ordenador, ver series, hablar por messenger, jugar a la Play, cualquier cosa antes que leer.

Cuando estaba en la universidad, cada día tenía que hacer un viaje de tres cuartos de hora para ir y otros tres cuartos para volver, y me pasaba los viajes leyendo. He pasado momentos memorables en un autbús, despollándome de risa yo solito mientras leía Alicia en el País de las Maravillas.

Así que voy a hacer las dos cosas: voy a leer en el gimnasio. Os preguntaréis, ¿por qué coño vas a leer a un puto gimnasio? Bueno, es un método que utilizaba antes. Iba al gimnasio y mientras estaba en la bicileta, estaba leyendo la media hora de rigor. Incluso, a veces, si el libro era muy interesante, esa media hora se convertía en una hora entera.

Es la demostración perfecta de que la lectura es buena para la salud.

Un beso.