EL NOTA

Ahora que se cumplen 10 años de El Gran Lebowski es hora de hacer una gran revelación:

Pocos días después de que se estrenara la peli en el cine, no recuerdo qué curso debía hacer yo. Quizás segundo de BUP o tercero. Bah, ni me importa. La cuestión es que la gente me empezó a llamar El Nota. Yo no había visto la peli, así que no sabía de qué hablaban y me cabreaba. Si hay algo que me toca los cojones es que la gente me diga cosas que yo no sé qué son y encima no tengan la decencia de decírmelo. ¡Y nadie quería contáremelo!. Así que el fin de semana siguiente fui a verla y lo vi todo claro.

¡Vestía igual que él! El pelo enmarañado, la barba de dos meses, la ropa de gitano hortera... era como si los hermanos Coen hubiesen cogido una réplica de mi mismo y la hubiesen plasmado allá. No creáis cuando os digan que el verdadero The Dude vive en Minneapolis o por esos lares. ¡Soy yo!. Y ni siquiera vi un chavo de todo esto.

Hace un par de años, después de inflarme como un globo de grasa -ya sabéis, malas costumbres, comida basura, mucho tiempo libre-, mis compadres me dijeron que en ese momento había dejado de parecerme al Nota y que ahora me parecía más a Walter. ¡Es que encima llevaba una gorrita verde que parecía de Fidel Castro! Y me jodió un poco, lo confieso. Poco a poco he recueperado un poco la compostura física. Ahora sólo me queda ser Jesús Quintana y acabar el círculo. Y ya sabéis: Nobody fuck with the Jesus.

Un beso.