24 de Agosto 2007


EL REY SABIO

Si no puedes ser justo, sé arbitrario le había dicho su padre, el rey David, antes de morir. Esto de ser rey es un coñazo, pensó. Más que leyes y guerras me paso la vida resolviendo disputas estúpidas.

La puerta se abrió y entró un soldado con un bebé en las manos. Dos mujeres, una blanca y otra negra, caminaban flanqueando al guerrero.
- Rey Salomón, sabio entre los sabios, supremo gobernante de Israel, – empezó el soldado- tenéis que hacer justicia ante este problema. Las dos mujeres dicen ser las madres de este bebé.
El rey se quedó mirando pensativo. Miró a las dos mujeres y al niño con curiosidad y detenimiento.
- Me parece bastante obvio que si el niño es negro, la madre debe ser la negra.
- ¡El rey Salomón ha hablado! – gritó el soldado.
- ¡Esperad! – rugió la mujer blanca, que se interpuso entre el soldado y la otra madre- Mi marido es Adolfito. El leñador. Y es negro también.
- Comprendo. ¿Y quién es tu marido…. “Mujer 2”?- inquirió el rey.
- Mi marido es Benito. El recaudador de impuestos.
- ¿Y de qué color es?
- Blanco – respondió el soldado, que conocía perfectamente a sus enemigos, como bien decía el Libro de la Guerra. Y por tanto, distinguía con facilidad a toda la administración pública.
- Así que tenemos… - el rey reflexionó- una pareja de un hombre negro y una mujer blanca, y otra pareja de hombre blanco y mujer negra. Las dos parejas podrían ser los padres del niño…
Era el momento de poner todo su conocimiento y sabiduría. En todo el mundo conocido le llamaban el Rey Sabio, y era todo un logro. Lo normal hubiese sido que le llamasen “Salomón el hijo de David”. O “Salomón El Hijo Del Matagigantes”. O “El Hijo Ese Tan Mono de Betsabé Que Cuando Tenía Dos Años Tenía Ese Culito Sonrosado”. O simplemente “Eh, Tú, Calzonazos”. Pero no. Se había hecho un nombre en el Imperio.
- ¿Cómo te llamas “Mujer 1”?
- Me llamo Petunia.
- ¿Y eras la mujer de Benito?
- No. La de Leonard.
- Ah, sí. El recauda…
- Leñador- le interrumpió el soldado.
- Exactamente- dijo el rey. Empezamos bien, pensó- ¿Y tú cómo te llamas, “Mujer 2”?
- Margarita.
- ¿La mujer del leña…- miró al soldado, que le hizo un gesto de negación con la cabeza- recaudador?
- Sí, señor- respondió ella.
Petunia y Margarita. Dos mujeres con nombres de flores. Mucha casualidad. Adolfito y Benito. Dos nombres de… por alguna extraña razón, le venía a la cabeza la imagen de águilas. También era mucha casualidad.
- ¿Tienes hijos, Petunia?
- Él es mi primer hijo, oh gran rey.
- ¿Y tú Margarita?¿Tienes más hijos a parte de éste?
- No, señor. Es mi primogénito.
Mierda. Al menos aquí podría haber sido justo y haberle dado el niño a quien no tuviese más. ¡Malditas zorras frígidas!
De acuerdo, pensó. Le ordenaría al soldado que partiese al niño por la mitad. Y la mujer que llorase por su muerte y fuese capaz de entregarle su parte a la otra, será la verdadera madre. Se maravillaba de sí mismo.
- Soldado, corta por la mitad al niño y dale un trozo a cada una- dijo el rey, resuelto- Es una decisión justa. Ya que no os ponéis de acuerdo, os quedaréis con el 50% del bebé.
Las dos mujeres se quedaron petrificadas ante la decisión. Se miraron y volvieron a dirigir la mirada al soberano.
- ¿¡Está usted loco!?- dijeron las dos mujeres al unísono.
- ¡Este tío hijo de puta quiere descuartizar al niño!- gritó Petunia. Su ira estaba desatada.
- ¡Puto asesino! – dijo Margarita.
El rey se sentía desconcertado. Había tomado la ley más justa para sentar el precedente más importante de la Historia. Y, en pocas palabras, le había salido el tiro por la culata. Ahora su sabiduría estaba en entredicho. A menos que…
- ¡Soldado!- gritó, señalando a las dos mujeres- Corta por la mitad a las dos mujeres y dáselas al niño.
- ¿¡Qué!?- los otros tres se le quedaron mirando con los ojos como platos.
- Quiero decir que…
- ¡Este pavo está chiflado!- gritó Petunia que le arrebató el bebé al soldado y salió corriendo en dirección a las puertas. Margarita le iba detrás.
- ¡Cerrad las puertas! – gritó Salomón. Y desde fuera, dos soldados empezaron con el largo y poco agraciado trabajo de cerrar los dos portones que llevaban a la sala de audiencias.
Las mujeres no llegaron a tiempo y las puertas se cerraron delante suyo. No tenían escapatoria.
- ¡Soldado!- gritó el rey- ¡Córtales la mitad de sus piernas para que no puedan volver a huir!
- ¿La mitad a cada una o la mitad entre las dos?
- Mmmm… como quieras.
El soldado le lanzó un tajo a la mujer negra. Le desmembró.
- ¡Racista! – gritó Margarita.
- En mi reino de sabiduría no existe tal cosa – empezó el Rey Sabio- así que soldado, te ordeno que le tajes las dos piernas a la mujer blanca.
- Eso harían tres piernas, señor- respondió el soldado.
- Hazlo.
El soldado desenvainó la espada. La observó durante unos segundos pensando que al día siguiente llevaría una sierra colgando del cinto.
- Señor, salvadme. Seré vuestra esclava. Vuestra perra. Podréis hacer conmigo lo que queráis. Pero no me cortéis las piernas- dijo Petunia.
- Soldado- dijo Salomón el Desquiciado- córtale la pierna… a la negra.
El soldado le cortó la pierna a la blanca por error.
- ¡Mierda!
- ¡Cabrón! ¡Me he quedado sin pierna!
El soldado se giró y ahora sí le cortó la pierna a la negra que estaba sollozando de dolor. La sala empezaba a tintarse de color rojo arterial.
- ¡Me falta una pierna!- gritaba Petunia.
- ¡A mi las dos, perra! – gritó Margarita.
- Soldado – ordenó el rey- córtale la pierna a la que le sobra. Por algo me llaman el Rey Justo. Así seréis las dos iguales.
El soldado se volvió a girar y atacó a Petunia. Ya estaban las dos sin piernas.
- ¡Me estoy desangrando, hijo de la gran puta! – gritó Margarita- Ya que eres el Rey Justo, ¿no deberías cortarle las piernas a todas las mujeres del reino? Como tu esposa, por ejemplo.
El rey meditó unos segundos.
- Tienes razón. Soldado, dile a todos los guardias que la orden real es cortarles las dos piernas a todas las mujeres del Imperio. Yo iré a los Aposentos Reales y le tajaré las piernas a mi esposa, la Reina.

Todas las mujeres fueron amputadas. La mayoría murieron desangradas, aunque algunas afortunadas pudieron vivir y moverse encima de pequeños carritos de madera.
Más allá del bien y del mal, observando el mundo desde lo alto del cielo, Dios observaba la escena horrorizado. En su perfección y sabiduría eternas, Dios lo vio claro: se había equivocado. La base de arcilla le había salido perfecta. Una especie de simio sin tanto pelo. Era tan bonito que no pudo dejar de llamarle “el espejo de Dios” porque entre todos los bichos que había conseguido hasta ahora, ése era el único que andaba erguido. Claro que debería haber puesto una única función al cerebro: enfriar la sangre. Esto del pensamiento es demasiado para ellos, pensó.
Avisaría a Evan, el único agnóstico de por ahí y le diría que construyese un arca bien grande. Que metiese a dos bichos de cada y se fueran cagando leches. El resto de seres humanos debían morir.

Lo que Dios no sabía es que Evan y su mujer follaban como conejos.

Un beso.

Escrito por Jake|24 de Agosto 2007 a las 12:52 AM|


Comentarios

Qué poder para transformar historias conocidas en algo tan genial, jajajaja! Excelente, de lo mejor que lei en los últimos tiempos :)

El Replicante es Zim|24 de Agosto 2007 a las 03:57 AM

Me alegra que te guste.

El Replicante es Jake|24 de Agosto 2007 a las 04:10 AM

A esto se le llama sabiduría sangrante.

El Replicante es panterablanca|24 de Agosto 2007 a las 09:19 AM

O locura total.

El Replicante es Jake|24 de Agosto 2007 a las 11:52 AM

Y yo que pensaba que ibas a tardar más en publicarlo...
Me gusta :)

El Replicante es Cél...|24 de Agosto 2007 a las 03:09 PM

Y ahora que les pongan lanzas o sables en las piernas y que se dirijan a palacio a vengarse del maldito monarca.

El Replicante es Aidotans|24 de Agosto 2007 a las 04:09 PM

CÉL: Soy rápido como un rayo.

AIDOTANS: Gran idea. Planet Terror -1

El Replicante es Jake|24 de Agosto 2007 a las 07:50 PM

Espero que no lo sea en todo xD

El Replicante es Cél...|24 de Agosto 2007 a las 08:59 PM

¡Cuánta maldad!

El Replicante es Jake|24 de Agosto 2007 a las 10:35 PM

¿Y la igualdad entre hombres y mujeres? Podrían haber acabado todos en carritos de madera...

El Replicante es Inagotable|25 de Agosto 2007 a las 02:48 AM

El rey será justo pero no tonto.

El Replicante es Jake|25 de Agosto 2007 a las 03:14 AM

Y que pasó con el bebe?
Al fin y al cabo que el rey no le daba si el bebe no anduviera mendigando por ahí con otras señoras u.u

Saluditos :)

El Replicante es Morrigan.|25 de Agosto 2007 a las 07:10 AM

El bebé era un golfo.

El Replicante es Jake|25 de Agosto 2007 a las 08:47 AM

Berdad el bebe era un golfo

El Replicante es Dreik|20 de Noviembre 2008 a las 03:10 PM


¡Al ataque!










¿Debo recordarte?