SCI-FI

Llevo una semana donde todo parece sacado de un libro de ciencia ficción. Y hoy no ha sido para menos.

Esta tarde he quedado para ir a ver Los Cuatro Fantásticos y Silver Surfer. Pero antes tenía que parar delante de una floristería para que mi madre comprase flores, porque ella se largaba a una cena y quería llevar algo. La he dejado y he aparcado en una esquina. A partir he pasado a una dimensión alternativa. Creo que la fluctuación de la Fuerza, un desdoblamiento espacio-temporal y que llevaba el cargamiento de condensación de fluzo llena, pero he ido a aparecer en las Dimensiones Mazmorra, las Dimensiones Desconocidas y las Dimensiones Para Lelas juntas.

Las cosas raras han empezado cuando mi madre hja entrado satisfecha en el coche después de comprar un ficus o un helecho o algún tipo de arbusto de esos inútiles. Yo no sé si es porque a mi santa madre le cae mal la tipeja que le ha invitado a cenar, pero la verdad es que era una cosa bastante cutre.

Después estaba estacionado el coche en medio de una calle de tres carriles y y nosotros en la del medio y a ella se le ha ocurrido la genial idea de decir:"Me bajo aquí". Y largarse con viento fresco. Además había una mujer gorda y con síndrome de Down que era en realidad El Vigilante disfrazado.

La película en sí ha sido bastante surrealista. El final no tiene perdón, pero a parte de eso, era la Congregación Nacional De Los Padres Que Llevan A Sus Niños de Dos Años Al Cine, y claro, se han puesto han llorar todos.

Pero se ha llevado la palma el sitio donde hemos ido a cenar. Era una pizzería con nombre tailandés. Y la comida era toda italiana. Pero el lugar estaba decorado como un restaurante de comida asiática. Con su Buda y sus chorradas. ¿Un restaurante italiano dentro de uno chino?¿Una confabulación estelar? Mi teoría era que ese restaurante mañana ya no estaría allí. Es como un servicio galáctico que aparece y desaparece. Como la tienda de los Gremlins, vamos.

Habían unos asientos de butacas muy cucas con unos velos que las decoraban super chulis. Y nos hemos sentado allí porque parecía muy cómodo. Y el camarero nos ha dicho que si queríamos, podía correr el velo y dejarnos a solas. A mi me ha hecho gracia pero a mi acompañante macho no. Y se ha cabreado. Y creo que ha habido otra escena en la que el tío ha hecho insinuaciones de nuestra feminidad latente.

Quizás es un bar solo para hombres homosexuales, me ha dicho mi amiguete. Y en algún momento cierran las puertas por dentro y todo el mundo se desnuda y empieza la orgía adorando a Visnu. Afortunadamente nada de eso ha pasado.

Mi colega se impacientaba y ha exigido la cuenta con algo de malos modales. Bueno, malos no. Pero ha pedido la cuenta tres veces en quince segundos. Y el camarero se ha vengado dejándonos media hora allí sentados. Luego nos hemos levantado y cuando hemos hecho el amago de no pagar, el tío nos ha traído la cuenta rápidamente.

Un beso.