PARTEN FORANEN

La historia de a continuación pasó hace más de cincuenta años.

Tomeu Bauzá era una persona que había nacido en Porreres. A los veinticinco se casó con Catalina, una chica joven de Ciutadella y ambos se fueron a vivir a la gran megalópolis de Alcúdia, una ciudad minúscula que recibía cientos de veraneantes cada verano.

Durante varios años, Tomeu y Catalina aguantaron estoicamente el fuerte calor que soportaban durante la época más calurosa. La media llegaba a los treinta y cinco grados y era insoportable para todos. Lo que era increíble es que hubiese gente que fuese a propósito a pasar calor. Dicen que hay gente que piensa con el culo.

Así que un verano, y antes de que la pareja tuviese su primer hijo, Gaspar, decidieron irse de vacaciones a Alemania. Fueron a Rostock, porque pensaban que al estar bañada por el Mar Báltico, el clima sería más húmedo. Y no se equivocaron. Durante el período de verano la ciudad llegaba a unos cómodos veinte grados. La experiencia les maravilló.

Cuando volvieron de su viaje, le contaron a todo el mundo sus vivencias. Al fin y al cabo, pocas cosas se conocían de esos parajes en esa época. Y a todos les entusiasmó tanto, que fueron programando expediciones. Al verano siguiente Tomeu y su esposa se compraron su primera casa allí. Tenían la ventaja de que la moneda nacional era mucho más fuerte que la alemana.

En diez años, el norte de Alemania era colonizado por muchas familias de todas partes de las islas. Los nativos alemanes tuvieron que adaptarse a las costumbres isleñas. Aprender el idioma autóctono y servir platos típicos. Y todo costaba una pasta, porque a esos turistas extranjeros no les importaba pagar más.

A los veinte años de la primera expedición, el norte de Alemania estaba dominado por los habitantes de las islas. Desde Rostock hasta Emden sonaba el himno de La Balanguera. Y en todos los bares y tabernas, los grandes éxitos de Tomeu Penya sonaban a todo trapo. Malos tiempos para la lírica. Los alemanes se quejaban de la llegada de estas gentes de mala muerte, y los visitantes empezaron a molestarse por los altos precios que pagaban por cualquier cosa y empezaron a exigir al President del Govern Balear que tomara cartas en el asunto y comprara definitivamente toda esa zona. Al fin y al cabo ellos eran los que movían la economía y eran los nuevos colonos de la zona.

Se rumorea que dentro de poco, toda la zona norte se la conocerá como Parten Foranen y se unirá al archipiélago balear.

Y esta es la historia de la colonización alemana por parte de los baleares.

Un beso.