14 de Marzo 2007


INSIGNIFICANCIA CÓSMICA

Cada mañana cuando salgo de la ducha me pelo de frío. Si me ducho por la noche, cuando me levanto por la mañana estoy sudado y dejo de estar limpio. Y encima el pelo se me enreda mucho más de lo que ya lo tengo. Si me ducho por las mañanas, el salir de la ducha es un infierno. Normalmente cuando termino de ducharme, aparto el grifo y pongo el agua todo lo caliente que se pueda para llenar el cuarto de baño de vaho y salir, más o menos, en condiciones óptimas.

Todos los días trabajo seis horas. Y cuando termino me voy a clases de idiomas, para perfeccionarlos. Lo bueno es que es el propio curro el que me lo paga. Cojo el metro y viajo cuatro paradas. A veces voy andando, porque como es hora punta, los metros están avasalladoramente llenos. Aunque la mayoría de las veces tengo tanta prisa que no me queda más remedio que arrinconarme en algún sitio. La gente en los metros pierde todo el respeto. Muchas veces hay que empujar para poder entrar y salir, y muchas más veces eres empujado por alguna persona que está convencido de que aún cabe, y se lanza en tromba al interior del vagón. Debería haber algún tipo de policía que impidiese que la gente hiciese eso. Que se llenara los metros lo suficiente como para dejar respirar a los que ya estamos dentro.

El lugar al que voy está en un décimo piso. Yo siempre me siento al lado de la ventana y me quedo absorto mirando el paisaje, mientras una profesora bastante desagradable cuenta alguna chorrada en extranjero. Siempre recuerdo en ese momento cuando estuve en el tejado del Empire State y sólo se me ocurrió escupir al vacío, como a todos los demás. Podría haber tirado una de esas monedas que podías doblar en un aparato que hay por ahí, pero leí en algún sitio que al estar tan alto, la velocidad puede hacer que una simple moneda puede causarle la muerte a alguien. No soy tan cabrón.

Si me acerco un poco más a la ventana, puedo ver a pequeñas hormiguitas caminando sin dirección aparente y un montón de cochecitos amarillos. Desde ahí arriba uno se da cuenta de que en realidad, cada uno de nosotros somos series insignificantes. Como pequeñas células minúsculas, que si desaparecen no tiene la mínima importancia. Todas esas historias que me contabas por las noche sobre ti, en el fondo, no la tienen. A nivel cósmico, esos sucesos deben ser como el momento en el que una hormiga encuentra una miga de pan para llevarse a su hormiguero. Insignificante.

Sin embargo, pese a la insignificancia de todo esto, todavía me conmueve la sorpresa y emoción que sienten los niños cuando ven regalos, como si fuese lo más maravilloso del mundo. No sé si es que cada vez que vamos creciendo nos hacemos más pesimistas, o es simplemente cansancio. Cansancio de todo.

Siempre vuelvo andando a casa, con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha pensando lo bonito que sería ser un imbécil inconsciente.

Un beso.

Escrito por Jake|14 de Marzo 2007 a las 12:00 AM|


Comentarios

La mayor sensación de insignificancia la he vivido viajando en avión: ves que los coches parecen de verdad un camino de hormiguitas y las personas no son manchas siquiera...en el fondo se trata de lo mismo pero a diferentes escalas.

No hay nada mejor en el mundo que vivir en la ignorancia o ser un niño... es lo que tiene la ilusión por las cosas que, por desgracia, con la edad se pierde.

Buen post, me ha gustado.

El Replicante es Aidotans|14 de Marzo 2007 a las 03:07 AM

¡Viva el infantilismo senil!

El Replicante es Jake|14 de Marzo 2007 a las 04:24 AM

No entiendo este post, tenía muchas letras y no había dibujitos ni fotos.
Así que cogeré un trozo al azar y lo comentaré "pensando lo bonito que sería ser un imbécil inconsciente". ¿pensando?
Ala, ya está. Bueno ya me puedo ir al curro sintiéndome...Esto...Buenas.

El Replicante es apio, madurez extrema a una corta edad|14 de Marzo 2007 a las 09:30 AM

Si esto lo hiciese solo una vez, pase. Pero desgraciadamente lo hace siempre. Y cuando no, copia los comentarios al resto.

El Replicante es Jake|14 de Marzo 2007 a las 10:02 AM

¿No pretenderá que me los lea todos?.

El Replicante es apio|14 de Marzo 2007 a las 12:21 PM

Si mi blog dependiese de usted, los dejaría vacíos.

El Replicante es Jake|14 de Marzo 2007 a las 12:42 PM

Snif snif, es usted un tontorrón, eso se lo dirá a todos.

El Replicante es apio|14 de Marzo 2007 a las 01:23 PM

¿Por? Le estaba haciendo un favor.

El Replicante es Jake|14 de Marzo 2007 a las 06:39 PM

Hoy en día todo ser con dedos y un tercio de neurona habitando en su cráneo tiene un blog. La gente escribe gilipolleces que a veces son bonitas, divertidas, originales, absurdas, delirantes, simples... Y en otros casos son sencillamente patéticas.

Soy demasiado inconstante para tener un blog. O lo que es lo mismo, soy vaga.

Te preguntarás que qué cojones hago contándote mi vida, pues bien, realmente yo tampoco lo sé. Quería decirte que tus reflexiones sobre situaciones estúpidas de la vida diaria, tus metáforas sobre las sensaciones más íntimas e intensas y demás escritos profundos con un increíble toque de humor me han cautivado por completo. Me he enamorao de ti y quería pedirte matrimonio o algo así.

Soy una joven calenturienta. Puede que no tan joven o a lo mejor no tan calenturienta.

He llegado aquí por casualidad. San Google me ha traído hasta este rincón plagado de emociones y de mierda.

No te importa, lo sé, pero no voy a dejar de leerte.

Saludos desde otro lugar colmado de emociones y de mierda.

El Replicante es cascabel|23 de Marzo 2007 a las 02:28 AM

Esto sí que es una presentación como dios manda. Bienvenida, señorita cascabel. Espero que se sienta a gusto aquí.

El Replicante es Jake|23 de Marzo 2007 a las 02:49 AM


¡Al ataque!










¿Debo recordarte?