MONJA JAMONA

Ahora que estamos en Navidad, creo que es el mejor momento de hablar de monjas.

En mi colegio había una profesora que fue monja. Luego deshizo los hábitos y se casó. Era una profesora que estaba muy buena. La única que estaba buena, de hecho. Estaba casada y tenía una hija. Imaginaos una monja tía buena. Es el personaje perfecto para que un grupo de pajeros adolescentes centrasen su "esfuerzos".

Era profesora para los niños pequeños. Con esas clases llenas de dibujos de manos y cosas de esas. También daba clase de religión, para aquellos que preferían eso a Ética. Eran otros tiempos.

Como en todos los colegios del mundo, había rumores sobre ella. Con los rumores es el único caso en el que creértelo y no hacerlo es verdad. Puede que no hiciese exactamente lo que se decía, pero todo el mundo sabe que si el río suena es que agua lleva.

La cosa es que había un chico de clase que estaba siempre con ella. Eran buenos amigos. Y quedaba con la familia de la ex-monja. Todo parecía un poco raro. Pero bueno, el chico en cuestión tampoco tenía muchas luces. Pensábamos que era la típica relación de pringao- profesora.

Poco a poco, fuimos enterándonos de cosas de la vida de esta profesora. Gracias al chico infiltrado. Había tenido relaciones sexuales con dos profesores, mientras estaba casada. Incluso, tiempo después, nos llegaron noticias de que la profesora había tenido un amante que era profesor de educación física, o algo parecido. El hombre en cuestión estaba a punto de contraer matrimonio con la novia de toda la vida, pero nuestra monja le convenció para que no lo hiciese. Su relación extra-matrimonial duró dos años.

El otro día volví a ver al chico en cuestión. Nos confirmó que él había tenido seis años de relación sexual con la profesora. Seis años de colegio, en los que fueron una de las comidillas de los recreos, pero que nunca nadie encontró pruebas. Y él, tampoco dijo nada. Lo que me sorprende, porque en el caso de muchos de nosotros, lo habríamos contado en seguida.

Una vez casi le pillamos. Ellos estaban en la sala del pabellón de gimnasia, mientras la profe le estaba comiendo la polla. Entramos haciendo mucho ruido, y eso les dio tiempo a recomponerse. Hubiese sido muy divertido pillarles in fraganti.

Al final el marido se enteró. Y se divorciaron. Según nos contó nuestro amigo, él también le ponía los cuernos. Para no ponérselos. Al final la hija se enteró y eso, le conmocionó bastante. Según nos dijo, de tanta farlopa que se metía, tuvieron que operarle la nariz. Y con dieciocho años. También puede ser que se la operara porque no le gustaba. Al fin y al cabo, quería ser actriz.

Un beso.