19 de Junio 2006


TODO ESTÁ EN LA CABEZA (2ª PARTE)

El hombre se despertó con un sobresalto. Un mal gesto había provocado que todos los pelos del sobaco, que estaban congelados, se romiesen en un segundo. Otra vez. Se levantó y paseó por su alfombra de piel de oso hasta llegar al baño. Es lo que tiene usar leña en vez de gas natural. Sólo lo que está cerca del fuego se mantiene caliente.
Cuando meaba, el arco de amarillento pis quedó inmediatamente cristalizado. Suspiró y sacó un cincel del cajón, justo al lado del cortauñas. Con eso destrozó el arco congelado y lo metió cuidadosamente dentro del váter. Había que tener cuidado con eso. Tenía un amigo, Henrik, que se había roto el culo una vez que, estando en el váter, mientras cagaba, la mierda se le congeló antes de que saliese del todo. Se congeló también por dentro, lo que le destrozó las paredes anales en varios puntos.
Ya irremisiblemente despierto, se sentó cerca de la ventana donde podía ver las figuras de focas y morsas. Y una orca asesina saltando cerca suyo, de vez en cuando.
Cogió un libreto que tenía de viajes. Dicen que hay partes del mundo en los que hace tanto calor que la gente se puede morir deshidratada. Que la piel de los hombres es negra y que tienen animales con depósitos naturales para guardar agua durante muchos días.
Acabó por vestirse y bajar por una trampilla de la despensa. Había un túnel que usaban los pueblerinos para andar por la ciudad sin tener que salir a la superficie. Tenía un conocido, Leif, que salió de un pub borracho y se quedó dormido en un banco. Murió a los quince minutos de echarse. Dicen que el alcohol calienta el organismo, pero es mentira. Sólo hace ver que lo calienta. Al final es peor. Contó cinco escalerillas y subió.
Ahí estaba Olga, su novia, vestida con un gran abrigo de piel. Era difícil hacer el amor con eso puesto, pero uno acababa acostumbrándose. Se preguntaba qué podía hacer la gente de los lugares cálidos para soportar el calor mientras hacían el amor. Debían tener muchos ventiladores en marcha.
Le dijo a Olga que un día se irían a pasar unas vacaciones a un sitio tropical, donde siempre hiciese calor. Seguro que alguna pareja de ese lugar querrían pasar frío durante las vacaciones.
¿Quién querría pasar tanto frío? Nadie. No había nadie tan completamente loco como para irse ahí a vivir, dijo Olga mientras se quedaba dormida.
El hombre asintió. Era verdad. ¿Quién querría soportar este frío?. Se quedó otra vez dormido mientras pensaba en camellos con abrigos de piel.

Un beso.

Escrito por Jake|19 de Junio 2006 a las 11:18 AM|


Comentarios

La imagen de las heces congelándose no tiene precio, gracias señor Jake esa imagen me acompañará durante todo el día.

El Replicante es apio, de imaginación visual|19 de Junio 2006 a las 11:54 AM

De nada. Aunque seguro que si suele ir por la Barceloneta, seguro que se habrá encontrado más de una vez al legendario "pez-caca".

El Replicante es Jake|19 de Junio 2006 a las 11:58 AM

Pues no sé cuál es la mejor imagen, la del pis o la de la caca.
Cualquiera de las dos es muy poética y merecedora de una oda.
Voy corriendo a componerla...

Bicos.

El Replicante es Tuxina|19 de Junio 2006 a las 04:16 PM

Pues yo he encontrado un fallo en el relato. ¿Cómo sabía que la orca era asesina?, ¿sólo porque daba saltos cerca de las focas y las morsas? Por si acaso procuraré no saltar mucho, no sea que me detengan.

El Replicante es panterablanca|19 de Junio 2006 a las 05:14 PM

¡No salteeeeeéis...!, ¡no salteeeeeeéis...!

El Replicante es panterablanca|19 de Junio 2006 a las 06:40 PM

TUXINA: Cuando la tengas, pásamela!.

PANTERABLANCA: Porque todas las orcas son ballenas asesinas. Lo sabe todo el mundo.

El Replicante es Jake|19 de Junio 2006 a las 08:25 PM

¿Es que no conociste a Ulises, la orca que había en el zoo de Barcelona hace unos años? Pues era majiiiiiísima (ya sabes, mis contactos en el mundo animal) ;)

El Replicante es panterablanca|20 de Junio 2006 a las 05:20 PM

Era majísima porque le daban de comer.

El Replicante es Jake|21 de Junio 2006 a las 01:13 AM


¡Al ataque!










¿Debo recordarte?