- Perdóneme padre, porque he pecado.
- Adelante, hijo. Cuéntame qué has hecho.
- Verá, llevo muchos años guardando este secreto para mí... pero debo confesarlo. ¡No quiero ir al Infierno!.
- De acuerdo, Dios es misericordioso. ¿Qué te hace dudar de tu bondad?.
- Pasó cuando yo debía tener trece o catorce años... Estaba esperando en la parada del autobús y paró un coche. Estaba yo sólo en la parada así que sólo podía estar hablando conmigo.
- ¿Qué te dijo, hijo mío?.
- Me dijo que subiera y que él me llevaría a casa.
- Continúa, por favor.
- Yo era muy inocente en esa época, padre. Y accedí. Confiaba en que el mundo fuese un sitio bueno. No dudé en entrar en el coche.
- Ajá.
- Mientras conducía hablábamos de películas y de actores. Me preguntaba si me gustaba alguno en especial. Si veía películas porno... esas cosas.
- ¿Y las veías?.
- No padre. Jamás pasé de las tetas que enseñaba Telecinco a cualquier hora del día.
- Bien. Continúa.
- Paró en un descampado. Se bajó los pantalones y me dijo que le acariciase el pene. ¡Yo estaba muerto de miedo!. Pensaba que el hombre ese me mataría y me tiraría. Pero hablaba tan dulcemente. Me acariciaba y me decía las cosas tan suavemente... además, era pequeño. Nunca había visto una polla tan enorme.
- Comprendo. ¿Era muy grande?.
- ¿Perdón?.
- Emm... nada, nada. ¿Qué hiciste?.
- Pues le acaricié. Y luego me dijo que le diera un beso a la polla y que me la comiera. Yo no quería, padre. Sabía que era Pecado... ¡pero era una tentación tan grande!. Fue una lucha terrible en mi interior, pero acabé comiéndosela.
- ¿Te gustó?.
- No... al principio no. Pero luego sí, disfruté padre. Por eso creo que he pecado también... ¿comprende?.
- Sí, sí... prosigue, por favor.
- No me pasó nada. Me dejó delante de casa. Me recogía en el colegio e íbamos a lugares alejados. Me pasaba las tardes comiéndole la polla en el coche. Nos estuvimos viendo casi medio año.
- ¿Por qué dejastéis de veros?.
- Su mujer le pilló. Pensaba que tenía un lío con otra mujer. Pero no era así. Era conmigo. Y tuvimos que dejar de vernos.
- ¿No dijiste... emm... nada a nadie?.
- No, padre. Me sentía tan protegido con él y su gran falo. Era pequeño y no distinguía el Bien del Mal...
- ¿Has vuelto a pecar de.. emm... esa manera?.
- No, padre. Aunque a veces la tentación es tan fuerte...
- Claro, claro... ¿y por qué has venido a contármelo ahora?.
- Me vuelvo a sentir confundido, padre. Vuelvo a dudar de si está bien o mal...
- Comprendo. Eres un chico inocente. Necesitaré ponerte a prueba para ver si caerías en la tentación o no...
- Sí, padre.
- Y ten cuidado con los dientes. Últimamente tengo el escroto algo irritado.
Un beso.
Escrito por Jake|16 de Abril 2006 a las 12:39 PM|iba a salir con un chistecito de "te iras al infierno, pecador!" pero no, eso ya esta muy visto.
El Replicante es surfernazi|16 de Abril 2006 a las 07:31 AM¡Evoluciona, surfernazi!
El Replicante es Jake|16 de Abril 2006 a las 08:40 AMlos dientes... esos maravillosos aliados... yumyum
El Replicante es Aethyr|16 de Abril 2006 a las 11:03 AMNo, si al final le gustará...
El Replicante es Jake|16 de Abril 2006 a las 03:09 PMSe veía venir desde el principio, pero lo has contado tan requetebién... :D
Bicos.
¿Me estaré encasillando?.
El Replicante es Jake|16 de Abril 2006 a las 04:25 PM¿Felaciones entre el clérigo? VAYA! ¡Cuánta imaginación tiene usted!
El Replicante es apio, el furgos se juega con pelota y tal|16 de Abril 2006 a las 05:45 PMLo que no sabeis es que el cura es el hombre de su infancia... al pobre lo dejó su mujer... y por eso se metió a cura.
Que cruel es la vida... solo queria que le chuparan la polla... queria amor...
El Replicante es Derre|16 de Abril 2006 a las 07:25 PMnahhh. ni que fuera pokemón!
El Replicante es surfernazi|16 de Abril 2006 a las 08:24 PMAPIO: ¡Caña, sexista vegetal!.
DERRE: Un gesto vale más que mil palabras.
SURFERNAZI: Pero podrías serlo...
El Replicante es Jake|16 de Abril 2006 a las 11:12 PM