COLUMNAS

Ayer fui al CaixaFórum, uno de los lugares en los que se muestra la obra solidaria de "La Caixa" en su máximo esplendor. Sobretodo está centrada en arte moderno, por lo tanto, no me extrañó al ver varios cuadros con el nombre Rayaman y que consistía en un cuadro blanco con una fina línea de color rojo que le cruzaba por el medio.
Eso es arte moderno. Es un intento de demostrar que no es necesario ser un escultor/pintor guay para hacer obras de arte. Vale con cojer una letrina y machacarla con un martillo de hierro para que lo expongan en un museo.

No digo que sea una mierda. Hay cosas del arte moderno que me gustan. Algunas son muy "kitsch", otras muy "fashion" y otras muy "pop", pero no están mal en líneas generales. Lo que de verdad me repatea es cuando el artista no es artista, es un gilipollas. Un tío que se dedica a cojer potes de pintura sin ningún sentido y los lanza sobre un lienzo. O un tío que hace una foto de su barriga vista desde arriba y lo títula Sin pies y se queda tan ancho. Un cantamañanas, vamos.
Y eso es lo que pasó ayer. Entramos en la magnífica sala dedicada a Maider López llamada Columnas. Entramos, subimos por el ascensor. Las paredes excesivamente blancas, opino... cruzamos una esquina y ¿qué vemos?: Una habitación llena de columnas. 110 columnas idénticas unas con otras. Ya está. Colocadas de manera sin sentido por toda la habitación. ¿Y eso es arte?. Vengaaa.

Según el folleto que había en la puerta "el proyecto de la artista vasca consiste en saturar la sala de columnas de forma que éstas nieguen la idea de espacio. Se trata de una sala de exposiciones que ha perdido su función, en cuanto a los elementos arquitectónicos estructurales (que han dejado de serlo) son los que habitan y engullen todo el espacio. El espectador accede al bosque de columnas abriéndose paso por el laberinto que configuran". Y según dice la misma López, la historia en cuestión trata de ver la reacción del espectador, y que es muy importante que el público se sienta parte activa y blabla. No sé vosotros pero a mi todo eso ya me lo han dicho demasiadas veces y ya no me lo creo.

O lo que es lo mismo, si un artista se mea en una pared, es una obra maestra que refleja la dualidad cuerpo-alma, pero si soy yo el que se mea, soy un cerdo anticívico. Vamos, hombre...

Un beso.