ENEMIGOS PÚBLICO (8ª PARTE)

Esta octava entrega de la saga va sin duda para la persona más peligrosa con la que te puedes encontrar por la calle: Azid.

Si tenéis la oportunidad de verla en un bar, seguro que veis como apisona a todas las personas del lugar, para cruzar toda la sala y quedarse en la esquinita que le gusta. Eso es bueno, porque te hace un camino libre para cruzar, pero es malo porque la gente se gira enfadada y oyes como suelta cosas como ¡será puta!, y la miran con odio y resquemor.
Si, por el contrario, está andando por la calle, podéis sufrir uno de sus ataques de locura transitorio. Como un día que estamos cruzando por la calle y hay una pareja delante. Azid grita: "¡OKINAWA!". Y pasa de largo, tan tranquila. Segundos después le pregunto por qué le ha llamado es, y me responde:"Para no llamarle puta". Y se va satisfecha.
Aunque tanto si estáis en un local o en la calle, siempre siempre siempre, seréis víctimas de sus cotorrear sobre lo subnormales que parecen esas personas, o si esa tía tiene cara de chupapollas. Un día, bajando por la calle y estamos pasando al lado de un grupo de niñas y hay un chico entre ellas. Y a Azid no se le ocurre otra cosa que decir, a voz en grito:"Mira, ese gordo, a parte de gay, tiene cara de subnormal". El niño, claro, lo oyó. Y no puso muy buena cara.

También es un peligro para la circulación, porque cuando espera al autobús, se dedica a escupir a los coches que pasan por delante... en los dos sentidos. Me extraña tanto que aún no haya bajado nadie a partirle la cara.
Y tiene un extraño poder, que consigue hacer ladrar a los perros con sólo señalar en su dirección. La putada es si son las doce de la noche, y el perro no deja de aullar en diez minutos.

También es un peligro para la vivienda en España, porque consigue que todos los obreros de sus respectivas obras le griten de todo durante el rato que sea necesario. Y los moros, que le sueltan piropos motorizados (los moros, no los piropos).
Y, además, tiene una facilidad enorme para entablar conversación con guiris borrachos. Supongo que tiene mucho que ver tener tetas. Y que pueda responderte cualquier idioma que hables de la Tierra.

En consecuencia: es un dolor de cabeza sacarla a pasear. Aunque reconozco que no paro de reír. Haitianos puta. Muerte.

Un beso.