13 de Junio 2005


PEQUEÑA TIENDA

- Doctor, el siguiente paciente espera- se oyó por el interfono.
- Dígale que espere cinco minutos más- dijo el doctor, limpiando el charco de sangre que se había formado con una mopa.
Limpio con cuidado alrededor de la mancha. Mojando la mopa en un cubo de agua que tenía a sus pies. Luego pasó un trapo mojado por el sillón. Limpiando a conciencia de los pequeños rastros de sangre.
Cuando hubo acabado, avisó a su secretaria que podía pasar el siguiente.
Apareció un hombre bajo. No debía medir más de metro sesenta. Era bastante gordo y con poco pelo en la cabeza. Llevaba unas gafas de pasta negra y una camiseta que decía Beber Grog me ha puesto pelo en pecho.
Saludó con timidez y se trepó hasta la silla. Sonrió y dejó a la luz unos dientes amarillos anaranjados. Estaba toda la cueva bucal lleno de tornillos y dientes encariados. Era un trabajo fino.
Después de leer el expediente. Cogió un espejito y le pidió al hombre que abriera y cerrara la boca.
- Necesitará una ortodoncia para arreglar ese estropicio. Necesitará una ortodoncia 3-b. Y limpiarse los dientes de vez en cuando.
- No quiero. Sólo quiero una limpieza. De aquí a dos meses vuelvo y me los vuelve a limpiar. Los dientes no me importan.
El dentista le miró con un atisbo de furia e ira contenida. Otro pasota. Los dientes eran un trabajo de arquitectura de tal belleza. Una boca perfecta es lo más bello que puede haber.
Pero cada vez más se encontraba con que la gente no quería arreglarse la boca. No querían comprar y usar los rimbombantes inventos. Ni pagar sus cuantiosos precios. Y la, su ya de por sí frágil estabilidad mental, acabó por hacerse pedazos. Podía sobrevivir sin que la gente tuviese los dientes bonitos. Pero exigía una recompensa por permitirlo.
- Tengo que sacarle una muela. Está tan llena de caries que pudrirá al resto. No le dolerá.
- Mmmm, bueno vale.
El doctor sonrió. Cogió una herramienta que parecía unas tenazas, sujetó con fuerza una muela al azar y retorció.
El alarido que pegó el hombre hubiese alertado a toda la ciudad si no fuese porque la sala de operaciones estaba estratégicamente insonorizada.
- Vaya se me olvidó anestesiarle- dijo, sobreactuando.
- ¡Me ha destrozado la boca!. ¡Le voy a denunciar!.
El doctor apretó un botón que tenía en el sillón y un cinturón ató el cuerpo, manos y piernas del paciente.
- Si hay algo que me molesta- dijo con una sonrisa maliciosa- es que mis pacientes se vayan antes de tiempo.
Fue entonces cuando el paciente se dio cuenta que sería el día más largo de su vida.
El médico le metió una inyección de color verde en el brazo derecho. Cuando hubo acabado se puso la máscara.
- Disfrute- mientras cogía un pequeño taladro especial para perforación de dientes.
Lo que tienen los nervios es que duelen si los tocas. O si los retuerces. Y si perforas el diente hasta la raíz del diente y sigues perforando hasta que sale por el otro lado también.

En el exterior una madre acompañaba a su hijo de doce años al dentista. Entraron en la consulta y preguntaron a la secretaria. Les dijo que esperasen diez minutos.

El médico se entretenía ahora dando martillazos en los dientes. Golpeando el costado del diente y dejándolo colgando. Luego cauterizaba las heridas de las maneras más sádicas que conocía.
El paciente estaba taquicárdico, al borde del colapso. Intentó agarrar con los dedos una pequeña cuchilla…
Mientras el médico se relajaba respirando oxígeno puro. Cuando volvió al ataque llevaba unas tijeras.
- Me molesta esa lengua tan larga…
Se acercó lentamente. Mientras el paciente consiguió agarrar la cuchilla y colocarla debajo del brazo. Y serrar las cuerdas que le atrapaban lo más rápidamente posibles.
- Abra la boquita, señor López- dijo el dentista.
El señor López negó efusivamente con la cabeza.
- He dicho que la abra- dijo canturreando el médico. Al ver que no había cooperación, cogió un mechero de su bolsillo y empezó a quemarle la nariz.
El señor López no pudo más que soltar un alarido y mover la cabeza. El médico aprovechó y metió la tijera en la boca. Se oyó un ¡chas!.
La sangre que no paraba de salir de la boca destrozada del señor López. El médico sacó una botella de una mesita que había allí cerca.
- Esto le ayudará a cauterizar- mientras le enseñaba una botella de alcohol puro. El contacto del alcohol con la boca provocó otro grito desgarrador en el pobre señor López.


- Pedone señorita, ¿sabe que si le falta mucho al doctor?.
- No, no. Permítale cinco minutos más. Es un caso difícil.
- ¡No vuelva a decir “no” a la ortodoncia!- dijo el dentista mientras le pegaba puñetazos en la cara con un puño americano.

López consiguió librarse de una mano con la cuchilla, y cuando el dentista le iba a pegar, le lanzó la cuchilla a un ojo. Al que le tocó gritar y desangrarse fue al médico. Pero lo hizo con cierto regusto masoca.
López aprovechó para desatarse y salir corriendo por la habitación y lanzarse por la ventana.
El médico, con la mano en el ojo fue a mirar por la ventana. Sacó la cabeza por ella y vio un pegote gordinflón aplastado en el suelo. Estaba arrastrándose con dificultad por el asflato. Cosas que tiene tirarse desde un tercero.
Al cabo de unos momentos la figura que se arrastraba dejó de moverse.
Después de limpiarse a sí mismo y a la habitación, le dijo a su secretaria que pasara el siguiente paciente.
- Sí, Dr. J…

Un beso.

Escrito por Jake|13 de Junio 2005 a las 08:15 PM|


Comentarios

¿Y todas esas cosas tan sádicas salen de tu cabecita? Que miedo me das... y cómo molas!!!

Bicos.

El Replicante es Tuxina|13 de Junio 2005 a las 08:27 PM

Confesión de una Mente Perturbada!

El Replicante es Jake|13 de Junio 2005 a las 10:48 PM

-"¡No vuelva a decir “no” a la ortodoncia!- dijo el dentista mientras le pegaba puñetazos en la cara con un puño americano"

juas juas juas juas juas juas !!!!

Es que me encanta, me encanta de verdad.

Por desgracia no puedo sentirme identificado ya que solo fuí al dentista dos veces en mi vida para revisiones rutinarias y nunca metió ningun aparato en mí.

Pero colaré este texto en medio de las revistas de las salas de espera....

El Replicante es Fuz Neviros|14 de Junio 2005 a las 01:54 AM

Gracias, gracias.

Pues a mi si que me han "metido mano" esos mamones. Y lo odio.

El Replicante es Jake|14 de Junio 2005 a las 02:13 AM

Anda!
Así pues es una obra autobiográfica!!!

Debes ser el niño que entró después....


En fin, yo quería preguntar donde puedo adquirir una camiseta como esa!!!!

El Replicante es goldhands|14 de Junio 2005 a las 09:35 AM

Mola, samgre y dolor a raudales. Hitler también odiaba los dentistas. Me pregunto si un trauma similar provocó lo que provocó...

El Replicante es Zeros Metallium|14 de Junio 2005 a las 11:21 AM

GOLDHANDS: Si quieres una camiseta de esas tendrás que responder a la pregunta: "¿qué lleva el Grog?".

ZEROS METALLIUM: ¿Acaso hay alguien que no odie a los dentistas?

El Replicante es Jake|14 de Junio 2005 a las 12:07 PM

Bueno Zeros, he de decir que hay teorías que dicen que no está demostrado que el Holocausto sucediera en realidad, y Woddy Allen afirma que lo peor es que los retos estan para batirlos, jijijjiiji

El Grog? mmmmm... leche, cacao, avellanas y.....
no me acuerdo.... jarabe para la tos?

El Replicante es goldhands|14 de Junio 2005 a las 12:14 PM

Ohhh, veo que has jugado poco al Monkey Island (tm). En fin, has perdido. Insert Coin.

El Replicante es Jake|14 de Junio 2005 a las 12:20 PM

glglglglglllmaaaaaaaás maaaaaaaaaaás I need moooooore glllgllglglglll

El Replicante es Aethyr|15 de Junio 2005 a las 02:42 PM

Nada, nada, que contestar "yo soy cola y tú pegamento", ni tiene gracia, ni sirve para nada.

El Replicante es Zeros Metallium|15 de Junio 2005 a las 03:01 PM

jajaja, el paciente qe era un pirata?? ;p Hay sitio para una enfermera sádica por ahí? XD
Besos!

El Replicante es Lyzzie|16 de Junio 2005 a las 12:15 AM

AETHYR: Hombre, gracias, gracias.

ZEROS METALLIUM: Usted siempre tan realista.

LYZZIE: Creo que no sería lo mismo sin tí...¬¬

El Replicante es Jake|19 de Junio 2005 a las 11:00 PM


¡Al ataque!










¿Debo recordarte?