CONVERSACIONES CON EL CUERPO

- ¿Lo reconoces?
- Sí. Es ése de ahí.
- ¿Seguro?. Échale otra miradita anda.
- Bueno [coge los papeles y los mira diez segundos]. Sí. Es ése.
- Genial. Puede que haya cambiado con el tiempo...
- No. Es ése. Seguro. Segurísimo. Se lo juro por pan duro.
- Vale. Bueno pues firma aquí y aquí...
- [mientras firma] ¿Y qué pasará con él? ¿Cuánto tiempo estará en chirona?.
- Bueno, primero el juez te pedirá que lo reconozcas en una rueda de reconocimiento...
- ¿Otra vez? Ya lo he reconocido. Es éste que se llama Menganito...
- Otra vez.
- Bueno, vale. Si eso vale para que se pudra en prisión quince años...
- JA, JA, JA. No te equivoques, chaval. No hizo daño físico a nadie y según la ley de blablbla y como está la ley en Españñña, se quedará entre rejas cuatro días.
- Errr...¿cuatro? ¿Por qué tan poco?.
- Ya sabes, es un castigo moral el estar en la cárcel. No lo vuelven a hacer la mayoría...
- No sabía del estudio psicológico que llevan a cabo. ¿Y si fuese hipotéticamente parte de la minoría?.
- Lo volveríamos a coger. Entonces serán siete días y no cuatro. Eso contando con un abogado de oficio...
- ¿Pero como van a probar que no atracó?. ¡Quince personas han sido víctimas!.
- Es lo que se llama una duda razonable. El jurado suele ser muy estúpido. Sólo tienes que ver las pelis.
- ¿Pelis?.
- Sí. Todo está en las pelis...
- Y no tendrán al señor Callahan en el departamento, ¿verdad?.
- Pues no, JA,JA,JA, pero tenemos a Romero [risas del Cuerpo entero].
- Me parece que me estás tomando el pelo. No puede ser. ¡Es un villano!.
- Ojalá te tomara el pelo. Pero así está la cosa. Puedes hacer: 1. Enfrentarte a eso como un hombre o 2. ir siempre asustadizo con un cuchillo para defenderte.
- Errr.... ¿y cuál me recomienda?.
- Depende. ¿Tienes fe en el Cuerpo?.
- Bueno, tengo fe en que si me clavan un cuchillo no sangre, pero lo dudo. La fe es algo poco práctico.
- Entonces ves con cuidado. Y con un cuchillo.
- Gracias, señor comisario.
-¡Adiós, chaval!.

Un beso.