MUERTE SOBRE EL ANKH (12ª PARTE)

El salto del demonio fue impresionante. Colocó sus brazos verticales, para desgarrar la piel.
Vinny, que vio las intenciones del demonio antes de que lo hiciese (ya que había sufrido ese ataque anteriormente y se sabe que los animales nunca tropiezan dos veces con la misma piedra), consiguió empujar con el hombro a Rindrock, mientras él se impulsaba hacia el otro lado. El demonio paso por en medio de los dos, y consiguió frenar su ataque un par de metros después.
La criatura dio la vuelta en el aire y colocó sus piernas sobre el muro de piedra, donde estaba la caseta con las escaleras, y gracias a eso pudo impulsarse de nuevo. Esta vez parecía que no había cosa que hacer.
Rindrock vio como el bicho rojizo se lanzaba contra él. Estaba claro lo que pretendía. Colocó su espada detrás de su espalda y cuando el demonio se acercó, Rindrock sacó la espada haciendo un pequeño "uppercut".
El demonio no lo vio venir. La espada desgarró todo de pecho y parte de la cara del bicho, derramando sangre y otras cosas más viscosas.
El cuerpo cayó inerte al suelo, dejando un sorprendente charco de sangre.
- ¡Cuidado- gritó Vinny- acuérdate que puede regenerarse!.
De pronto se oyó un estruendoso caboom y una gran cantidad de cascotes saltaron por los aires.
El Decano había caído de la escoba mágica y cayó justo encima del bicho. El golpe que produjo destrozó todavía más al ser, que no pudo regenerarse lo suficientemente rápido. El Decano, por su parte, había tenido suerte de que estuviese el monstruo debajo, porque lo usó como colchón durante la caída que hubo a través de los pisos.

- ¿Cómo estás?- preguntó Rindrock a Vinny.
- Bien. Sobreviviré. ¿Qué ha ocurrido con ese monstruo?.
- Bueno, uno de los magos, el más gordo de los dos cayó encima del monstruo. El impacto de un tipo de unos ciento cincuenta kilos provocó que este edificio antiguo no pudiese soportarlo y se quebró el suelo, y cayeron hasta la planta baja.
- ¿No se regenerará?- preguntó Vinny.
- Según los magos no lo podrá hacer- dijo el joven Rigmarole- Al parecer mientras se regeneraba recibió un impacto tan fuerte que hizo que en vez de regenerarse hiciese el efecto contrario.
- ¿El efecto contrario a regenerarse?- preguntó Vinny- ¿Destruirse a sí mismo?.
- Más o menos- contestó su amigo- La explicación parece más compleja que todo eso, pero técnicamente es eso. Pero mucho más asqueroso.
Vinny miró a su alrededor. Contempló el edificio abandonado, el agujero en el suelo, a los magos llenos de polvo y cascotes del techo en sus túnicas.
- Todo ha terminado ¿no?- preguntó.
- Sí- respondió Rindrock Rigmarole.
- No sé si podré aguantar tantas emociones en cada caso que nos toque.
- No te preocupes por eso- respondió Rindrock con una voz tranquilizadora- no está en nuestras manos decidirlo- dijo mientras le daba una palmada en la cabeza.
- Guau- ladró Vinny.
Los dos guardias miraron al cielo nocturno de Ankh-Morpork.

ESTATE QUIETO- dijo la alargada sombra oscura, con su voz de ultratumba- NO QUIERO HACERTE…DAÑO- reflexionó la Muerte si eso era cierto… o posible.
El demonio se la quedó mirando. No había ser en el Cielo o en el Infierno que pudiese derrotarle. Había sido una imprudencia por su parte salir a cielo descubierto. Tenía que haber matado a los guardias dentro del edificio. Y luego hacer lonchas con los gordinflones de sombrero puntiagudo.
La Muerte se acercó despacio. Nunca había tenido que tratar con demonios, porque, técnicamente, ya están en el Infierno y no necesitan que nadie les guíe hacia su cubil.
La Muerte le colocó al demonio un bozal en la boca, ante la pasividad de la criatura.
BUEN CHICO- dijo mientras le rascaba la cabeza.
-¿A dónde vamos ahora?- preguntó el demonio, con el un hilillo metálico debido al bozal.
A TU CASA, POR SUPUESTO.
El demonio suspiró. Hogar dulce hogar. Tendría que volver a soportar el calor que lo estaba matando. Y las broncas de archidiablo de su padre. Y estar todo el día de batallitas por la conquista del ducado. Necesitaba unas vacaciones.
POR CIERTO- preguntó la Muerte distraídamente- ¿QUÉ OPINAS DE LAS HADAS?.YA SABES, CON ALITAS Y CORONAS DE FLORES…

En lo alto de Cori Celesti, la montaña más alta del Mundodisco, levantado sobre los picos helados y en forma de aguja está Dummanifestin la morada de los dioses.
Los dioses no tienen cuerpo, principalmente porque no lo necesitan, son sólo espíritus que vagan por los incontables salones que hay en el lugar.
Pero a veces, los dioses tienen que tomar formas humanas, porque es muy difícil coger el dado para jugar una partidita al parchís si no tienes mano con la que jugar. Lo único que es invariable en los dioses son los ojos, los cuales muestran su naturaleza.
- Parefe mentira que efe tío haya fuelto a ganaf- dijo Offler, el dios cocodrilo, por entre sus colmillos.
- Siempre escojo las peores fichas- dijo Io el ciego, jefe de todos los dioses- la próxima vez cogeré al bárbaro.
- Ya sabes que coger el bárbaro estaba prohibido en esta partida. Hubiese sido muy fácil entonces- dijo el dios Om- Ya lo usaremos en la próxima.
- ¿Cómo hafrá confeguido efe ganafnos en tref partidaf seguidaf?- preguntó Offler- su ficha era la peor de todaf.
Una sonrisa apareció en el rostro del otro participante. Todos los dioses sabían que no era técnicamente un dios. Pero le gustaba pasarse por la ciudad de Dummanifestin para jugar algunas partidas.
- Estaba "destinado" a ganar- dijo con voz satisfecha, mientras cogía de nuevo el cubo de los dados.
El Destino siempre gana. A menos, si se siguen las reglas.

FIN.