El taxi aparcó en medio de la calle. Estaba enfrente del número 17 de la calle Road Crew. Del taxi salió un chico joven de veintipocos años.
Se llamaba Nathan Randall, y odiaba que le llamase Nat. Acababa de llegar de un pequeño pueblo de Idaho. Su objetivo era sacarse la carrera de Derecho en la prestigiosa universidad de Nueva York.
Para sus fines había alquilado un apartamento en esa zona. Un chollo. Al parecer, el piso había estado alquilado a algún artista con poca suerte y había destrozado todo. No les había dado tiempo a arreglarlo al matrimonio propietario del piso, por eso habían decidido alquilarlo a un estudiante. O al menos era lo que le había dicho la mujer.
El piso estaba más o menos bien. Tenía dos habitaciones, cuarto de baño, tele e incluso
una línea de internet para que pudiese seguir bloggeando por su cibercomunidad.
Hogar, dulce hogar, pensó Nathan. Se fue a la habitación para deshacer el equipaje.
Pocas horas después alguien llamó a la puerta. Era Betty. La propietaria.
Era una mujer de unos 40 años. Se mantenía bastante joven. Tenía el pelo rubio teñido. Vestía con ropa muy ceñida y algo hortera.
-Sólo quería saber si estabas bien- dijo la mujer con unos labios extremadamente pintados de carmín.
-Sí- respondió Nat- Este piso es de fábula.
-Ay- dijo la mujer mientras hacía ver que se le caían las llaves al suelo.
Nathan se aproximó a recoger las llaves. Ella sonrió de manera muy pícara.
-Eres todo un caballero- dijo. Le puso la mano sobre el hombro- Si necesitas cualquier cosa, dímelo.
- Claro. Gracias- dijo Nathan.
Betty se fue meneando el trasero de manera exagerada.
Pasaron los días y Nathan se estaba adaptando a la ciudad mejor de lo que pensaba. Para ganar algo de dinero extra, se puso a trabajar en una conocida franquicia de cafés, cuya sede reside en Seattle.
Mientras trabajaba apareció el matrimonio propietariode su piso: los Boop.
Pidieron dos capuchinos. Cuando Nathan les acercó el café en la barra, Betty lo agarró mal y se le cayó todo por encima.
- ¡Ay cómo me he puesto!- exclamó.
- Lo siento, señora Boop. Se lo limpiaré- dijo Nathan mientras cogía un papel.
- Dentro podemos secárselo-dijo la encargada del establecimiento.
- Vale- dijo Betty, mientras les acompañaban dentro.
Dentro de la habitación se quedaron a solas. Él le pasaba el trapo por la camisa, y ella sonreía pícaramente.
- Mejor me lo quito y así te será más fácil- dijo ella mientras se quitaba la blusa.
- No es necesario
- se apresuró a decir Nathan. Fue demasiado tarde. Se quitó la blusa.
- ¿Qué pasa, Nat?- dijo Betty- te has puesto colorado.
Betty se acercó a Nathan hasta apoyarse sobre su pecho. Le empezó a recorrer con sus manos por sus piernas, su abdomen, su pecho, hasta su cara. Empezó a aproximar una cara con la otra
Nathan se apartó de repente. Le dio la blusa rápidamente. Y mirando aún al suelo, se marchó de la habitación.
Nathan Randall, estudiante de primero de Derecho, se pasó las siguientes semanas evitando a la señora Boop. Un desliz con la propietaria sería fatal. No podía permitírselo.
Un viernes Nathan volvía de salir de marcha con sus amigos de la facultad. Había estado bebiendo demasiada cerveza en ese local. Caminó haciendo eses por la acera de su casa.
-Maldita sea- exclamó, mientras intentaba meter la llave dentro de la puerta del edificio por vigésimo quinta vez.
Cuando consiguió abrir vio la puerta del ascensor abrirse. Era Betty.
-Uy, Nathan pareces algo borracho. Deja que te ayude.
La mujer le agarró por detrás y le metió en el ascensor. Nathan no pudo decir nada.
Vaya dolor de cabeza, pensó Nathan Randall, cuando abrió los ojos.
Cuando consiguió adaptar los ojos a la luz, se dio cuenta. Ese techo no era el suyo. Se giró a la izquierda y vio a la señora Boop acostada a su lado.
De repente, la resaca se evaporó. Sus ojos se abrieron como platos. Se había acostado con su casera. No podía ser.
Empezó a vestirse, cuando los brazos de la mujer le abrazaron por detrás.
- Eres una fiera Nat- dijo Betty, con sorna.
-Lo siento, señora Boop. Tengo que marcharme.
Un ruido sordo. Era la puerta de entrada.
La señora Boop se levantó sobresaltada.
-¡Es mi marido!. Vamos escóndete en el armario.
Nathan corrió hacia el mueble y se metió en el interior.
Se abrió la puerta de la habitación abrirse.
Se oía la voz del matrimonio intercambiando frases. Que cómo te ha ido el día, que qué tal estás
-¿Qué es esto?- se oyó al señor Boop.
-No sé, cariño- dijo Betty- Debe ser tuyo. Anda, vamos a comer fuera. Conozco un restaur
Se oyó el ruido de una bofetada.
-¡Me estás engañando con otro zorra!. ¡Asquerosa rata!
Se oyeron pasos como se alejaban. Al cabo de unos segundos se volvieron a acercar.
Algo hizo ¡clack!.
-Te vas a acordar de mí, hijo de perra- se oyó exclamar al señor Boop.
Los pasos se acercaron cada vez más. Nathan estaba sudando. Le iba a matar. Por culpa de la mujer. Él no quería nada con ella. Sólo quería estudiar Derecho. Malditas mujeres chupasangres, pensó
Se abrió la puerta del armario poco a poco.
Nathan actuó rápido, tirándose al cuerpo del señor Boop antes de que tuviese tiempo de hacer nada. Consiguió tirarle la escopeta y forcejearon.
El tipo es fuerte, pensó Nathan. Pero le falta la picardía de la juventud. Le incrustó la rodilla en los huevos.
El pobre hombre se dobló en dos. Y Nathan, que había entrado en furia asesina, cogió un jarrón y se lo estrelló en la cabeza. El hombre se quedó en el suelo sin moverse. Un hilillo de sangre salía de su cabeza.
La señora Boop se acercó al cuerpo. Le cogió el pulso. Miró al chico y dijo:
- Esta muerto.
- No, puede ser. Yo, no le hice nada..sólo
- Nathan estaba temblando.
-Tranquilo- dijo ella- Yo me encargaré del cuerpo. Tu baja a tu piso y descansa.
A partir de ese momento Nathan tuvo un secreto que sólo conocía Betty Boop. Y para pagarle su silencio, le permitía ir a visitarle todas las veces que ella quisiese.
Qué mala brujaaa! Mira que abusar de esa manera del pobre Nathan!! Ahora toda la vida esclavizado por culpa de esa maldita mujer!! Me ha gustado :D! Un final trágico xiiiii!!
Besos de Betty Boop ;p
todos mis finales son tragicos pequeña Lyzzie. El de los finales felices es Fuz.
Betty Boop, que tiempos aquellos...
Bueno, esta sexy mocita no ha desaparecido totalmente del mapa...Todavía hay tiendas que venden figuritas de ella, es un mito...algo así como Jessica Rabbit ;p
El Replicante es Lyzzie| 4 de Julio 2004 a las 06:01 PMNo comparemos por Dios!!
Jessica Rabbit, vale. es un icono. Pero todo el mundo sabe quién es.
Yo de Betty Boop sólo recuerdo un video antiguo de Betamax que tenía cuando era un ¿churumbelito?.
Era una paranoia absoluta pero me encantaban las canciones y los dibujos...
En finx, tarde o temprano deberé escribir sobre el mito de Betty Boop.
mmmm... m gusta la istoria, aunq tp estaria mal q nos contases algo d cosecha propia y mas al estilo q m gusta a mi, ya sabs... imagino q cn un poco d suerte cuand cumpla 40 tndre un amante d ese estilo, q jugoso, si señor...
Ya, ya... de las que a ti te gustan,no??
tipo "mi esencia"??? XD
Si ya sabía yo que si alguien se sentía identificada serías tu...
jajajaja, vnga pro deleitanos cn una d esas e, te queda pendiente, kissss
El Replicante es Electra| 5 de Julio 2004 a las 05:44 PM