8 de Mayo 2004


LA ATRACCIÓN DE LA SANGRE

Unos golpes en la puerta me despertaron. No recuerdo que hora debía ser, quizás las dos o tres de la mañana.
Como es normal, no esperaba a nadie a esa hora así que sólo esperaba que fueran unos vulgares gamberros que se dedicaban a joder a la gente honrada.
Me levanté me desperecé y avancé hasta la puerta con la bata puesta.
Mientras avanzaba, mi cara somnolienta fue cambiando a cara de mala leche.
¡Se van a enterar!, pensaba cada vez con más furia.
Abrí la puerta y ví a dos chicas. No eran gamberras, eran amigas mías, o al menos, eran compañeras de clase.
Una rubia, otra morena. Estaban vestidas de manera que se hacía patente que iban a salir de marcha.
Me sonrieron. La cara pasó de furiosa a extrañada.
-¿Nos dejas pasar?- me preguntaron.
No sabía que responder. De hecho, no lo hice. Simplemente me aparté ligeramente para que pudieran pasar sus graciles cuerpos por la puerta.
Cerré la puerta y las seguí.
Sin mediar palabra se quitaron las botas y los zapatos respectivos y se metieron en la cama.
-¿Qué hacéis?- inquirí, más extrañado que otra cosa. Que dos chicas guapetonas se decidieran a meter en mi cama sobrias y sin una pistola en la sien era algo que no pasaba todos lo días...bueno, ni todos los meses, ni todos los años.
-Anda ven- dijo una.
La otra hizo ligeron golpecitos en la cama para que me acercase.
Al final lo hice y las rodee con mis brazos.
Ellas se apoyaron sobre mi pecho y cerraron sus ojos.
Cuando yo estaba cerrandolos también..note como una empezaba a darme lametones por todos lados.
La otra entonces se puso a cuatro patas y estuvo lamiendome el cuello.
Joder, tenía una sensación extraña... como un cosquilleo que me recorría toda la médula.
¡Joder!, pensé, ¡vaya dos!.
Entonces algo raro pasó. Noté un mordisco, luego otro.
Ya no me besaban me mordían con fuerza.
Veía cómo chorros de sangre púrpura manchaban sus dientes.
Al principio tuve miedo. Intenté moverme. Soltarme de sus mordiscos. Malditas vampiresas, no acabarían conmigo tan fácilmente.
Me removí lo que pude, pero era difícil liberarse. Ellas estaban bien agarradas.
Y, hay que reconocerlo, yo tampoco quería hacerles ningún daño.
Tenía un sentimiento de placer casi fuera de toda lógica humana.
Así que al final, dejé de resistirme.
Ví como ellas succionaban y succionaban sin detenerse, como si fueran hienas hambrientas. Notaba como poco a poco, segundo a segundo, iba perdiendo un poco de vida.
¿Cómo voy a vivir más tiempo sin una snsación como esta? Sería una tontería seguir vivo. Mejor disfrutar de esto hasta sus últimas consecuencias.
Cerré los ojos y disfruté del momento.

Escrito por Jake| 8 de Mayo 2004 a las 03:08 PM|


Comentarios

Vampiresaaaas!! Qué miedo! Y eso que eran de confianza ;p!! Si en mi casa se presentaran dos machotes bien plantaos que resultaran ser vampiros, también me dejaría morder!!! jajaja
Un beso!!

El Replicante es Lyzzie| 8 de Mayo 2004 a las 03:30 PM

Veo que empezamos a comprendernos :[
XDDDD

Dark kisses

El Replicante es lua| 8 de Mayo 2004 a las 03:58 PM

Ja, ja, asi que eres de esas que tienen a Anne Rice como escritora de cabecera? no lo habia imaginado XDDD

El Replicante es Jake| 9 de Mayo 2004 a las 01:20 AM


¡Al ataque!










¿Debo recordarte?