ENEMIGOS PÚBLICOS 2ª PARTE

Esta mañana no he ido a clase para ir a entregar la solicitud del Club de Creativos y, con un poco de suerte, paso el exámen y hago su Tour.
Cuando estábamos mi colega Pedro y yo delante del portal, hemos estado mirando si había alguna plaquita que indicase que no nos habíamos confundido de sitio. Que, por cierto, no la había.
Entonces el bedel del edificio, que estaba fregando el suelo nos ha empezado a recriminar (de manera bastante agresiva) que nos largáramos de su suelo fregado.
Yo, que no me gusta nada meterme en líos (no me gusta, en serio, lo que pasa es que los líos se meten conmigo y no puedo hacer nada más que girarme y devolvérsela) me he largado sin hacer comentarios al ascensor de turno.
Lo gracioso es que Pedro, mi colega, ha estado gritándole que él estaba donde le salía de los cojones y cosas así. A grito pelado. ¡Incluso se han encarado!.
¡Yo flipo!. Seguro que si lo oyese Audrey diría algo así de ¡cómo está el servicio! o una cosa así. Pero es verdad que es flipante cómo tiene los cojones el hombre ese de gritarnos.
¿Acaso no veía que estábamos mirando a ver si veíamos la plaquita?Han sido dos minutos, por dios, ¡cómo si tuviese una puta reunión de finanzas en quince minutos y esto lo hicicese como hobbie!. Seguro que en todo el puto día le han pisado mil veces y no les dice nada a nadie porque son más mayores. A nosotros nos ha visto jovencitos y ha decidio rayarse bien. Si te pisan lo fregado, coño, pues lo vuelves a fregar cabrón, y no te pones a gritar.
Además se le ha encarado a mi colega como si fuese a matarlo. ¿Qué se habrá creído? Jodido bedel.
Maldita sea esta gente. La última vez que me pasó fue un tío vendiendo la cupones que pensaba que me reía de él y empezó a gritar y no se qué. Si les hubiese hecho algo a esos dos mentecatos pues vale, ¡pero no les hice nada!.
Alguien debería decirles que los jóvenes también somos gente y nos gusta que nos traten con el mismo respeto.
Ayer, precisamente, cogiendo el bus para volver de la uni, el chófer no dejó pasar a unos alumnos porque decía que no podían estar de pie, y mi amiga empezó a increparle al conductor que ya lo habían hecho otras veces y que les dejase subir. Bueno, todos los viejos se lanzaron a por ella como lobos hambrientos, con los ojos inyectados en sangre, diciendo de todo. Porque ellos te llaman idiota y luego, si tu no les llamas "de usted" se enfadan.Ancianos decrépitos y chiflados. Tampoco dije nada esa vez, porque al puto anciano que más gritaba (que tenía pinta de mítico ex-militar americano, con su gorra y sus gafas de sol grandes) le podía haber dicho cosas que luego, quizás me arrepentiría. O quizás me denunciara el muy cabrón. Que nunca se sabe.
Mierda, cuando sea viejo (si lo soy), sólo pido dos cosas: que tenga la cabeza en su sitio, y no convertirme en un viejo gritón, que se convierte como un niño cuando coge el avión del Inserso.
Creo que me está subiendo la tensión, así que lo dejo.
Un beso.